Son una serie de dibujos-carta de amor, hechos en una época en que me daba vergüenza reconocer que quería escribir.
Era placentero, para mí, el trabajarlos y enmarcarlos, pero siempre había una tensión entre lo público y lo privado, entre lo que puedo/quiero contar a la gente y lo que quiero escenificar y descubrir ante mí mismo.
La escritura, hecha en directo sobre el soporte, llevaba el peso, la dirección y el desarrollo de cada composición, y la escondía sistemáticamente, interrumpiendo las frases y continuándolas en otro lugar, superponiendo y desligando, tratando como textura sus grafismos, en una especie de vertedero de emociones escritas, que no quería volver a leer, ni que llegaran como mensaje al espectador, ni conservar como recuerdo para mí mismo.
Aquí "El hombre que hablaba del pudor y los amantes".
Jag.
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