Cuando al final del túnel
soy más oscuridad, cuando muero
despierto, cuando vivo en el destello,
la explosión estupefacta, el río
transparente, la maravilla, cuando
sube cuando baja la marea y se ha llevado
milagrosamente la arena de las turistas,
y queda desnuda callada la costa simple,
sin adorno, la herida al aire, la risa en cueros,
cuando tú muerdes de verdad, y descansas
del miedo tu atropello, cuando me digo es que
me está enseñando la llave de su savia
como mínimo, rotundidad de osa
lluviosa del acuífero, cuando veo goteando
el limonero y sé que tú estás mirando,
cuando tengo planeos y vuelos rasantes
de besos sobre lugares de nombre
complicado de tu cuerpo, cuando
esto mismo de ahora, y cuando lo de antes
de que todo se nos desmadejara y fuera
un bullicio ensordecido de miles
de cosas pequeñas que llueven y caen
y rebotan hasta quedarse quietas
silenciosas expectantes
amorosas una a una, cuando
lo que venga imaginado andante,
la posibilidad de que ciertamente
todo puede derramarse y perderse con dolor
por entre las grietas de la tierra,
cuando ese tiempo
en que yo sé que me toca
lo que sea que me toque,
en ese tiempo, y en el de antes,
como te digo,
y en el improbado de nunca o de después,
yo estoy aquí mismo, en general,
y soy de verdad, concretamente.
Jag.
8_1_21
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