No guardo caricia,
me encienden las razones
y me pienso la pasión.
No tengo perdón
ni olvido, ni fuerza
ni emoción
de vivir el suspiro.
Yo no espero
ni aguanto
ni confío.
Aunque sin saber
ardo de ganas,
de nervio desvelo
de belleza atoro,
y como mucho,
sigo vivo.
Jag.
9_12_22
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