31 de diciembre de 2017

Lo único que sé de ti



Jag.

31_12_17


.

ORACIONES


Yo en realidad, tan sencillo que lo veo todo esto. Para mí es tan normal el vivir habituado a que lo normal es que ya casi nunca pasa nada, y vivir entregado, con el corazón con prisa para darse entre tanta gente que no me entiende. Recorrer las calles con el resuello en vilo, porque alguien está queriéndome para siempre en alguna parte ¿no? Yo lo pienso, mientras tuerzo y doblo una esquina lamentable y fuerzo un nuevo itinerario para no encontrarme de bruces con lo de siempre. Yo lo noto dentro de mí, tan vivo, en una parte en la que está dejando de preguntar la gente.
Y yo sé que uno no se muere de soñar ni de ganas de que por fin la alegría le haga un movimiento raro. Nadie se muere de estar escuchando siempre el mismo chiste. La vida se me pone más adulta cuando cuento mis cosquillas. Y algunas se ríen, y otras dicen claro es que contigo es muy difícil, porque te aburres pronto.
Pero en realidad yo lo veo tan sencillo. Yo lo sé, y lo llevo tiritando azul blanco en el centro de mi fuego.
Yo sé que sólo quiero respirar el aire cálido de dentro de nuestro abrazo.
Mi corazón cruza una calle cantando para sí, y estás de repente parada en mitad de alguna parte, y se abre una flor, y florece una herida y me silba la sangre, oye, cómo estás, yo lo quiero tan sencillo. Oye, pero quién eres, mira que no quiero tener que empezar a inventarme las cosas. Quedarme tan sólo expuesto a tu sonrisa de chicle de menta, que es como una frase que no he leído, escrita con la letra bonita. Y la verdad, qué más le voy a pedir a la vida con mis letras más sencillas.
Tan sólo hola quién eres cada día.
Hola, he venido a contarte entera y escucharte lo que quieras.
Hola, tan sencillo yo lo veo.
Vengo de cruzar media vida dolorida, saludando con educación a tanta gente sin fuerzas para creer en nada, que mi frase es hola a partir de ahora, mi trabajo, ponerme cerca de ti, a ver qué pasa con la vida al alcance de tu abrazo.
Hola qué haces,
hola quién eres me pregunto
desde que nací en adelante,
no te vayas no te asustes,
que he venido a inventarme
más de lo bueno
que tenga para ti.
He venido
a contarte sin prisa
quién voy a ir siendo contigo,
si tú quieres. He venido
haciendo las paces
con las tormentas
con los ríos desbordados.
Estoy aquí mordiéndome las ganas de que tú y yo podamos estar las horas muertas de la mano, mirando alguna cosa intrascendente, enhebrando oraciones sencillas,
qué quieres, cada día,
qué haces, ahora mismo,
vayamos un poco más allá,
el día menos pensado, ya
le he echado la sal a la verdura
hace un momento,
está tan bonita la mañana,
dame otro beso,
que tú me mires
es lo más emocionante.
Jag.

31_12_17


.

ES COMO UNA LLAVE PARA MÍ


En un repente por la mañana, me ha parecido que las cosas limpias nacen en el fango.
He forzado mi camino malapata para pasar otra vez por tu calle. Y tan sólo con decidirlo he empezado a pensar que estoy más gordo, que la mochila está sucia y que me tenía que centrar el gorro de lana. El corazón se me volvía niño, cabrito, potro.
Cuando pasaba por tu puerta, tu sonrisa me apretó el paso, y me ahogaba de una tonta pequeña alegría mirando a la acera.
Una mujer te estaba diciendo, pues córtate el pelo por el año nuevo, cambia.
Y yo me tragaba las piedras de repente, yo sobrevolaba zarzales comiéndome los fuegos. Era como querer de pronto hacerme amigo de los mares, yo no me lo explico.
Algo bondadoso e indescriptible ocurre cada vez que tu idea roza mi mundo.
Algo que me salva y me acaricia por dentro, ocurre cuando en dos semanas te veo un segundo.
Y sigo débil y venenoso como un cable pelado al viento, pero en un repente esta mañana, en un repente cada vez que te pienso, yo me planteo que no sé qué hacer o qué decir, y me pongo a aventurar qué energúmeno o milagro o cataclismo va a acabar poniéndonos en un mismo lado.
Después he seguido un rato temblando por el campo. Y algo que no voy a saber explicar está a punto de romper a llorar de alegría en mitad de mi barrizal.
Jag.

29_12_17


.

28 de diciembre de 2017

ALANDA

Antes, yo no sé cuándo de lejos, no sé cuánto de profundo, de extenso y calmado, de consciente, de tan volado, desesperado, antes, digo, no sé cuándo ni cuánto porque no sé, porque no puedo o porque no me acuerdo, porque no tengo tiempo, o porque ya lo tengo, ese tiempo, y no quiero re-tenerlo, porque ya lo tengo vivido, y cuando ya lo ves vivido, lo vivido es pasado, y si le echas demasiada cuenta, pues pierdes no sólo el aliento ensoñado de lo por-venir, sino que también pierdes del momento el bocado que se te da para vivir, que es uno, y que ya está aquí, surgiendo y pasando en una constante vertiginosa carrera despacito sin pausa ni marcha atrás corriendo andando. En fin, venir a decir que en ese antes en el que no profundizaré, ese antes en el que no me he de extender, ese antes de ahora mismo, yo tenía de mí una percepción/consideración más luminosa de quién era (y quién iba siendo hasta ahora), de qué hacía (y de qué iba haciendo hasta lo que hago ahora), también de quién hago y de qué soy (de quién hacía y de qué era desde entonces hasta hoy). Bueno, seguramente haber leído a narradores inconformistas y maltratados, y a jodidos poetas atravesados con las normas del mundo, no me está sirviendo para excusar que no me estoy explicando, aunque desde cierta óptica, en realidad eso, en el poema inofensivo de un cabreado de pueblo, qué más da, ni a quién le viene o le importa lo más mínimo. Lo que sí digo, pues para eso es un poema de mí, es que antes yo era o me veía o me sentía, incluso me movía más luminoso y constructivo para mí y para la gente, recuerda que ya lo he dicho antes, temo que te hayas perdido, o puede que mi escrito o yo o ambos dos te parezcamos demasiado exigentes o desordenados, pero por favor entiéndeme, entiéndenos, o haz un pequeño esfuerzo por entendernos, ya que te has parado a intentar leernos: yo me atraganto y me ahogo con lo que me viene o con lo que ya tenía, y ya puedes ponerle a eso la música y el adorno que quieras, las cosas, desengañémonos, no se dicen como son, sino atravesando el cómo somos y el cómo nos sentimos, y de igual manera, ni tú ni yo entendemos lo que nos cuentan por lo que nos cuentan en sí, sino atravesando el cómo somos y el cómo nos sentimos en el momento de los cuentos y de las cuentas, así que yo qué sé. Relax, me parece. Ya te digo que la gente jodida a la que busco para leer, no escribieron sus cosas para ayudar a explicarme ahora. Igual que les puse comillas para intentar entenderles o sufrirlos o disfrutarlos a mi pobre limitada manera, ahora yo te pido que me entrecomilles y me des margen cuando te digo que no me explico cómo era antes y cómo yo me atraganto y me ahogo por darme cuenta de ese cambio sobrevenido atravesando amores que ni de coña y maravillas que sólo se pusieron al alcance de mi nariz y de mis oídos a la distancia justa de que me llegase el aroma, el susurro lacerante de que la belleza no era para mí. Sí, por favor, entiéndeme, entrecomilla mi escrito que se atraganta y me ahoga, entiéndeme que no es sentado en un sillón de columnista opinador aclamado esperado bienpagado que te escribo estas cosas. Por favor, entiéndeme y entrecomíllame en rabia, deseo frustrado y estupefacción por no encontrarle asas a ese antes mío que yo te cuento desde mi presente cenagoso colapsado, ese antes que ahora no podría haber imaginado tan brilloso y limpio, incluso tan dócil y sereno con todo lo que vendría a sucederle después a ese antes, con todo lo que iría a acontecerme después a mí, que no es lo mismo, ese antes que fue, por lo visto, incapaz de imaginar ni por una vera, un pequeño después tan desalentado como el que se me hace grande ahora. No creo que haga falta jurarte que yo me atraganto y me ahogo con lo que me viene ahora, embarrado con lo que desde entonces era o tenía. Y al mismo tiempo me atraganto y me ahogo escribiendo este texto que se atraganta y se ahoga él mismo. Y así es como avanzo hacia lo que no sé desde lo que nunca he entendido. Perdóname por tanto que te escribo que no sé manejar ni me cabe en las manos. Perdóname si con el tiempo, con las palabras o los actos te me estoy revelando como un simple deficiente emocional, mermado constante por un eterno catarro sentimental que nunca se va, porque se cura resfriado cuando es alergia por este mundo hostil que confunde amar con ejercitar el poder, y en eso funda su normalidad, perdóname si me revelo enfermo sin cura del vivir por el sol pero malviviendo asolado, perdóname si me revelo ese que soy o ese que hago y que te arranca la risa nerviosa. Perdóname y te digo una vez más que no puedo explicarme. Podrías hacer un mínimo esfuerzo por entenderme o al menos situarme. Perdóname y gracias. Puedes también soltar esto por tu tranquilidad o tu equilibrio emocional, o por tu simple comprensible pereza. En ese caso, perdóname y gracias y adiós, pues muchas y muchos me han acabado enseñando la grupa cuando no les doy algo que coree su apreciación propia de la paz, de la concordia, del placer intelectual o sensitivo. Perdóname y gracias y adiós simplemente si este es el caso. Adiós queridos amores inconsistentes. Adiós amistad de la comodidad y de la frágil paciencia. Siento no haber colmado el cuenco de vuestra expectativa. Y también puede ser el caso de que me des la espalda y te marches riendo, yendo después a los sitios cabalgando alegremente burla, desprecio y ninguneo. En este caso específico, perdóname y gracias y adiós y suelta ahora mismo este texto y suelta todos tus lazos de mí. Ríete y putéame y ningunéame en todo tu gozo y libertad. Gracias, perdóname por no estar hecho de vuestra misma leche. Es bueno, en este caso, que sigamos cada cual nuestro camino. Es bueno que nos mantengamos lejos y ocupados cada cual en sus hechos insoslayables. Es bueno que cada quién haga su casa en su propia comunidad mental, en su propia afinidad emocional y que cada cual viva en buena conexión con su vecindario. Y que cada quién y cada cual tengan el consejo, el favor y la ayuda para quien exactamente los necesita en su grado y en su momento. Yo me volveré a ir solo de viaje, y si os reís de mi asfixia, de mi fracaso, recapitulo: perdonadme y gracias y adiós y que os jodan. Me reservo para otra ocasión el verter fantasía sobre la frustración de haber desperdiciado tanto en la ilusión de que íbamos a entendernos. Me volveré a ir, y por el camino voy a ir dejando caer las sucias gotas de esta agonía de habituarme a aceptar naufragios cuando emprendí descubrimientos, mordidas de los labios por dentro cuando armaba besos, encogimientos de hombros de los corazones cuando ofrecía la única flor que yo tenía, miradas miopes de condescendencia cuando me esforzaba por iluminarlo todo con mi intento. Adiós. Es muy cansado ir eternamente solo hacia el adiós definitivo.

. . .


En todo rapto de furia hay un momento imperceptible en el que el espíritu cae como un despojo al suelo, exangüe, sin fuerzas, en el que tiene que aprovechar para respirar, escupir la sangre y acomodarse para un nuevo salto rabioso, perdido, patético, vergonzoso y derrotado, como en todos esos momentos en que al tiempo te sientes hundido por mísero y legitimado por comprenderte ineludiblemente falible y pobre y humano. En ese momento de indefensión máxima, sólo la rabia habla claro.

Todo este despropósito que pretendí poema, es para reconocerme hoy como ese que antes no veía y que hoy intento dibujar en este escrito de mí, ese que antes yo era, o me veía o me sentía, ese que se movía más luminoso y constructivo, te repito con dolor y celo, para que no te vayas y acabes olvidándome para siempre y me entiendas caprichoso imbécil alelado sin sustancia, ese que era yo antes, ese que era tan así de aquella manera como para creer que lo que soy (lo que iba siendo hasta ahora), que lo que hago (lo que iba haciendo hasta lo que hago ahora), estaban ayudando a construir como mínimo una fe en que puedo construir algo útil para mí y para los demás.

Una fe que servía para seguir por el mundo los pasos que me conducirían con honestidad a lo digno. Algo que iba a ayudar a las personas. Algo mínimo como una cerillita que yo traía encendida con el corazón en la mano, con toda prisa, porque en mí iluminaba poco, y no servía si sólo iluminaba para mí, una cerillita que traía a toda prisa, que se estaba apagando mi tiempo, y me quemaba la punta de los dedos.

Antes, no sé cuándo de lejos, no sé cuánto de profundo, de extenso y calmado, de iluso, de consciente, de tan volado, desesperado, antes, digo, yo estaba lleno de colores y de esperanzas. Creía sin sombra ni duda en la luz que yo tenía en mí, en la fuerza de mi corazón. Tanto, que mis destellos, más allá de lo que yo creía, eran iluminaciones, tanto, que mis alientos, más allá de lo que yo creía, eran vendavales, y tenía suficiente para mí y para multiplicar y repartir para todas y para todos.

Eso era antes. Eso pasaba y construía antes. ¿Te acuerdas? Yo no quiero saber cuándo empecé a terminar con esas cosas, y no quiero echarle culpas a unas fechas, a unos hechos, a unas gentes más ni menos que a otras.

Tampoco recuperaré mi fe, mi generosa gallardía, encontrando hombros sobre los que cargar las culpas.

Tan sólo decir que ahora esa fe por que mis cosas sirven para algo, esa fe por construir desde mí para que creciera humildemente todo, decir que todas esas cosas y esa fe ahora sólo encuentran lugar para ser y para vivir, en los escritos. En los escritos de antes, porque había una ansiedad de hacer algún bien, y una urgencia por transmitirlos y celebrarlos. En los escritos de ahora, tan sólo porque no me queda otra.

Así, ahora, tan solo en el lamento por mi fe perdida, un escrito inofensivo y con los ojos abiertos como éste. Una cerillita inútil y casi imperceptible, una llama vulnerable, asombrada y descreída contra la realidad fría y oscura del mundo en el que somos y estamos, como sea, mi escrito, tú y yo. Un poema hecho de mentiras, que aventuren, en lo posible sin dolores, cómo debería ser la verdad.


Jag.
26_12_17


.

Amar a alguien


siempre acaba
transformándose
en otra cosa. Aunque
amar a alguien 
sólo es amar
a ese alguien.
Jag.
27_12_17


.

MEDIDA


de cuánto pesa el papel
después de haber escrito en él
un poema que dice
que tus ojos
no se encuentran con los míos.
Jag.

26_12_17


.
Menos vino,
menos palabras.
Jag.
23_12_17


.

Todo sirve para algo.


Aunque
dónde estarás. Un beso
perdido,
fatalmente
desperdiciado.
Jag.
23_12_17


.

A veces, tardan

A veces,
tardan los materiales
y llegan demasiado tarde.
A veces
llegan antes
de que tengamos los planos.

Este texto se escribió como presentación en FB de otra entrada del blog: "COVER (en construcción)". 

11 de diciembre de 2017

LAS NUBES CUERPO A TIERRA


Llueve, y no me sirven
colores de pintores enamorados,
por mucho que me ponga.
A veces,
para lo que quede de vida,
sobrevolando el verdor,
sólo tengo el olor
de tu chicle de menta.
Con eso hago
por mantenerme encendido,
al menos lo que queda
de semana, hasta que
en mi corazón escampe.
Jag.

11_12_17


.

LLUEVE

Llueve sobre
mi dia nublado.
Menos mal
que Hockney pinta
como si siempre
estuviera enamorado.

Jag.
11_12_17


.

10 de diciembre de 2017

TEMBLOR



La verdad, no sé hasta qué punto tendrás todas las ganas de vivir de tu parte.

No se me ocurre pedirte nada. Me pongo delante tuya y sólo me sale la audacia desmesura suicida de sentarme y quedarme quieto lo más cerca posible de tu casa, y comerme un yogur en el parque, o leer un libro o manosear el tiempo acariciándote de algún modo inútilmente en estas notas, esperando que tu ventana dé a mi alma, sabiendo con algún tipo de sabiduría imbécil que un día cualquiera tu corazón va a acabar volando hacia mí, después de tender una lavadora blanca.

Y vas a acabar preguntando temblorosa pero qué estás haciendo aquí maíz del cielo, hombre del demonio, que quién te habrá pedido juegos espectáculos como si no te importaran mis vecinos.

Y temblarás porque sabes que esas cosas que te pondrían de repente a preguntarme, en realidad no tienen demasiada vuelta. En realidad tú sabes que todo eso que nos pone tan cerca de la locura o de la maravilla, no exige ninguna ciencia de nadie, porque está hecho de todo lo sencillo que se entiende en todas las partes y en todos los corazones. Y cualquiera puede hacerlo con cualquier lápiz pequeño en una esquina de cualquier papel que encuentras por la casa.

Temblarás porque un desconocido feo y torpe se come un yogur mientras te espera, o derrama poemas ingenuos haciendo tiempo mientras te espera, mientras piensa tu nombre a los cuatro vientos.

Temblarás porque la pregunta la escribes en un papel traslúcido, que pones sobre la respuesta.

Temblarás porque sabes que todo eso está hecho de nuestra sangre y de nuestras cosquillas.

Temblarás porque todo eso está hecho del miedo más profundo por la más grande alegría.

Temblarás porque en un momento se hace eterno lo que tantas y tantas veces a ti y a mí se nos ha acabado, o se nos ha muerto, o se nos ha hecho mentira.

Temblarás si te acercas, como tiemblo yo al saber que el sentido de todo es correr y salir a buscar para darte todo lo que no tengo.

Temblarás, yo lo sé, y nadie tendrá la culpa de que cuando me miras yo me sienta como cuando llegaba a casa después de que, a la salida del colegio, me esperaran tantos para burlarse y hacerme morder el polvo.

Nadie tendrá la culpa de que yo te mire y sepa, sin conocerte, que el dolor sigue, que no se me repara el orgullo ni se me cansa el cansancio.

Pero te miro, y sé que ya he llegado.

Jag.
10_12_17


.

8 de diciembre de 2017

ÁNGELES

Ella me habló de su primer ángel.

De cuando siempre quiso dedicarse a la música.

Me preguntó qué haces por aquí. Y yo no supe o no le dije o no me acuerdo, pero lo entendió perfectamente.

Ella me dijo que volvió por su segundo ángel. Me dijo tú lo conoces, es de nuestros tiempos malotes.

Me dijo que tenía que estar tranquilo.

Me dijo en su idioma que todo va al tran tran.

Y yo estuve de acuerdo, aunque la vida me está comiendo los nervios, le dije.

Yo venía cargado con bolsas de fruta y el corazón rebosando.

Ella me dijo que las cosas pasan porque las cosas te necesitan. Es verdad.

Yo le dije que su tercer ángel es un buen tío. Y su especie de tristeza resignada dibujó una caricia en los labios.

Dijo que las cosas son sabias. Y que también son comprensivas, con el tiempo te van dejando saber para qué sirvió lo ocurrido.

Sí. A veces la vida se raja por donde tiene que salir el aire. O por donde te tiene que entrar la luz.

Ella me dijo que estamos en lugares y personas inesperados porque formamos parte de cosas que tienen que pasar.

(Al mismo tiempo, yo estaba jugando con su cuarto ángel. Me preguntaba un número del uno al diez, si hombre si mujer, si hermano, amigo, novia o enemigo. Y algo gané).

Le dije a ella que a veces estás en los sitios para que pase algo que no te va a pasar a ti.

Ella me dio la razón. Nos despedimos.

. . .

Me fui lleno de amor hacia casa. Porque de pronto parece que han venido a hablarme cinco ángeles, y porque estoy aquí, en esta época desquiciada e inexplicable, y te pienso todo el día.

Yo no sé casi nunca qué estoy haciendo, y tengo completamente desorientado el sentido de dónde debo poner mi interés. A veces pienso que ya se me han ido la posibilidad de la brillantez y las fuerzas. Para seguir, para permanecer y para renovarme.

Pero pienso que te amo, porque te miro y hay algo maravilloso que está como respirando y oculto en mitad de lo oscuro. Y a pesar de sentirme vacío y perdido, yo te lo quiero dar todo. Y no tengo momento para pensar en que reciba algo de ti. Como que no me hace falta. Aunque luego vaya siempre especulando con cómo será que tú quieras hacer por verme y por hablarme (fantaseo con que estoy sentado en algún lugar, y tú me pides un auricular para escuchar juntos una misma canción).

Y todo es un contrasentido. Siempre me pongo a pensar que porque tú y yo somos tan diferentes, podemos tener alguna posibilidad para la armonía.

Yo no sé a qué parajes me conduce todo esto. Pero después de hablar con ella, de pronto me descubro sereno y entregado.

Porque estoy aquí, y cuando te veo, yo te doy mi sonrisa. Y todo está bien.

Jag.
8_12_17


.

Me dijiste el lunes:


¿Llevas la manzana?

Y mi vida era una sonrisa.
Jag.

8_12_17


.

Amar


no es normal.
Jag.

7_12_17


.

5 de diciembre de 2017

PEQUEÑA NOTICIA

Ocurre que llevo unos días pensando
que hay cansancios que descansando
no se quitan.

Ocurre que al mismo tiempo,
yo me acuerdo
de una parte mínima tuya,
e inexplicablemente de pronto uno
vuelve a ponerse en marcha.

Yo en estas cosas creo que soy diesel,
no soy especialmente rápido, y confieso
que soy duro por las mañanas,
todo me pesa y me cruje, pero,
una vez que he calentado,
ya me vengan kilómetros
acelerones frenazos volantazos
de tus llanuras y colinas.

Yo qué quieres que te diga,
es sentarme delante de un papel, olvidarme de tanto que me aprisiona a mí, y que supongo que también a ti, y tener de pronto toda la inspiración puesta en ir a verte y pedirte un beso de tu boca.

Todo
se me hace suspirable de repente,
todo tiene en este instante de luz
su potencialidad para la maravilla.

Y yo no tengo remedio,
mi castillo se desmorona de vergüenza
porque a veces siento
que tan sólo
he puesto números y quejas
en la jodida edad adulta.

Esto no puede comprenderse con facilidad, esto
no es para nada admisible,
y yo me digo, gravado sin remedio
por una honestidad que me arrastra
hasta el fondo,

tú qué vas a decirle

tú qué vas a aportarle
que no sea ropa heredada y malaúva,
que no sean discos que no conoce,
libros que no le importan y que
tú mismo tienes desperdigados, eh?

¿EH?

Y aunque parece que nunca acabo
de descargarme del todo del desaliento, a pesar
de tanto que me canso de mí mismo,
la noticia que hoy tengo para ti
es que me descubro intacta
la persistente inmadurez que me empuja
a andar agarrándome
a tu cara preciosa
para
continuar
adelante
con la ancestral conspiración de los trovadores.

-¿Y no te da vergüenza?- me preguntarás.

Y pensaré que esa no es buena pregunta ni para empezar algo ni para darlo por terminado.

Pero no repondré nada, seguiré manteniendo cara de medio siglo de tontura. No diré nada, porque ya me has pillado en el aire, ay, cierva del trópico. No diré esta boca es tuya, porque nada de eso se entendería en ningún tratado de vuelo sin motor.

La noticia es que tienes un papel
en el torpe y niño lanzarme una vez más,
armado hasta los dientes
con las mejores ropas
de mi vulnerabilidad,
completamente desasistido, para
ponerme delante del mostrador y decirte que

-Hola,
soy tu cliente que no tiene la razón, hola,
mira, que me ha pasado que de repente
pienso que no veas tú qué raro es todo esto,
que creo que se me ha ocurrido para ti lo más bonito,
o algo así, lo siento, normalmente
cuando estoy solo tengo mejor expresión oral,
y ya hago bastante conteniendo gestos
que no vayan a parecerte bruscos, por Dios,
no me pongas esa cara, que yo también me he asustado,
me ha dolido y me ha ahogado, toda
una sorpresa, ya ves,
como otras veces
me ha desvelado, me ha intranquilizado,
y me ha hecho más guapo y más luminoso,
tan sólo por pensar un momento que algún día
tenía que ponerme a decir que pienso en ti
delante tuya mirándote a los ojos.

Yo no sé cómo llamarlo, no creas,
ya sabes, estas cosas son como siempre,
y como otras veces,
siempre son distintas

Yo, como casi siempre,
no me atrevo a ponerle un nombre, para qué
dejar esto aprisionado
en que es deseo, en
que es supervivencia, o atracción
o tan sólo un torpe arrebato de gimnasia
de mi pobre corazón, yo qué sé.

Sólo sé que me ha ocurrido contigo,
o por ti, o para ti, o hacia ti, y qué importa
la preposición a las cosas importantes, y de pronto,
sin violincitos ni mandolinas, se me impone
que a esto habrá que hacerle algo, no lo sé,
ir a lo tuyo a decirte que es cierto
que no tengo nada, pero
que vayas haciendo sitio,
porque todo es para ti.

Que no soy nadie, pero todo esto
y lo que me escuches en adelante,
te lo digo yo.

Y si te lo digo yo, puede
que te suene raro,
delirante o desquiciado, puede
que oído de mi boca
te venga grande asfixiante
o chico irrisorio,
o pronto inoportuno
o tarde lastimoso
o nunca descarnado a secas,
pero si te lo digo yo,
bueno sí es.

Y por decirte algo bueno,
pues ya soy alguien.

Jag.
5_12_17


.

4 de diciembre de 2017

LUNES


Ella vive en una casa
en la que
le faltan piezas.
Yo no hago
más que pensar
en qué debo añadir
para que le valiera
mi sonrisa.
Jag.

4_12_17


.

HABÍA



En su momento
sentí que
esa mujer nunca
iba a quererme,
y me dije tengo 
que dejar el café.



Jag.
3_12_17


.

Querida, para


que no te dejes llevar
por mi aparente
aire esquivo:
para la gente,
quiero ser libre como un pájaro,
para ti,
soy libre como un taxi.
Jag.

2_12_17

.

Mi vida funciona



cuando mi sueño 
tiene suelo, cuando
se nota perfectamente que 
tu sonrisa, que se me escapa
y puede echarse a volar con cualquiera,
se pone a decirme:

Eres tú, 
es ahora, 
y voy a gastar 
mi poquito de libertad
en intentarlo contigo.

Jag.

1_12_17


.