15 de octubre de 2021

SOBRE SARA MESA



Por cuestiones de economía (tiempo y pasta, claro) tengo poc@s autor@s contemporáne@s en mi montón de libros por leer.
Cuando he hecho salvedades a esto, demasiadas veces me he encontrado con treintañer@s prometedor@s recomendad@s por treintañer@s afines ya situad@s en algún medio editorial. En el pasado reciente, un@s recibieron de otr@s un máster de narrativa. La recomendación sirve para retroalimentar esa rueda, y sobre todo, en unos casos para aspirar a, y para mantener, en otros, una columna remunerada semanal o mensual en una revista de tendencias o en un periódico de provincias. Escriben con corrección sin despegarse de los apuntes del máster, y se cubren un@s a otr@s.
Después está la gente como Sara Mesa (ya llevo dos, éste de la foto, y "Un amor", portentosos), que sin fastasmeos ni aspavientos, sólo con simple escritura, aportan ideas a la vida contemporánea, además de traer su parte del brillo de los grandes.
Lo cual, visto desde la óptica de mi economía, es una putada para mí, que aún no he tocado ni La Montaña Mágica.
Jag.
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DE QUÉ SE HACE LA VIDA


Una cucaracha corretea en la penumbra por un suelo de gres o de teca y un pie la aplasta.
En la vida real, esta frase enuncia múltiples posicionamientos. Es vida la de la cucaracha, la de la penumbra, la del suelo de gres o de teca, o la vida del pie, o la vida del sujeto que lanza -o descuida- el pie. Todos esos posicionamientos son perspectivas desde las que observar los hechos.
Sin embargo, de esos hechos en sí, de su enunciado, no podemos deducir una razón primera de los mismos, ni por separado ni en su desarrollo conjunto. No hay una razón por la que esos hechos tengan que darse así, ni un sentido único hacia el que tiendan.
Los hechos, en la vida real, se dan sin razón ni sentido, independientes a la conciencia, la voluntad o la opinión de quienes los actúan.
En la vida real tú puedes estar en cualquiera de los diferentes posicionamientos, pero no tendrás acceso ni relación con la razón ni con el sentido de los mismos. Te sientes protagonista de los sucesos porque lo eliges arbitraria y egoístamente. No ocurren para ti ni por ti. Ocurren porque sí, y una individualidad no puede acceder a explicar algo que está en las entrañas de algo esencialmente múltiple. También está lo de que el observador, en su acto de observar, influye y altera la esencia de lo observado, lo cual tiene tarea. Pero a lo que voy.
Cuando nos explicamos -o no- las cosas, estamos improvisando un texto arbitrario protagonizado por nuestra perspectiva personal, limitada y falaz de los hechos. Menoscabamos todo lo que no sea la ventana desde la que nos asomamos a contemplar lo que ocurre, descuidando hasta qué punto estamos involucrados con el todo.
Al principio quería decir que escribir es un juego de profundizar en un determinado sentido y fin de cierta cosa, o hecho, o persona, etcétera: escoger un punto de apoyo y crear un sentido a su alrededor. Pero ahora me está dando vergüenza ese subrayar mi ineptitud. Con burda evidencia, veo que escribiendo hago poco más que un arabesco pomposo y soberbio, pero no puedo esconder que esto es malgastarme en buscar acierto y fuerza en un juego infantil y absurdo. Porque ese juego de explicar desde mi posición, es la mejor manera de nunca entender de qué está hecha la vida.
Jag.
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Es mucho pedir


que algo de fuera de mí
me alimente el alma.
Jag.
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HERIDOS AMIGOS


Aportas razón a la estupidez, y prospera la estupidez.
Aportas estupidez a la razón, y también.

Jag.
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PARA EL VERBO NEGRO

 No sé decirte en cuánta mierda está trabajando mi sonrisa.

Jag.
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Cuando tienes poca, quieres más.


Cuando vas acumulando,
cada vez quieres menos.
Jag.
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6 de octubre de 2021

LUIS EDUARDO AUTE

 No sé qué parentesco puedes tener con alguien a quien sólo conoces por sus obras, pero esas obras te han enseñado cosas vitales que no llegan a enseñarte tus padres, que no las escuchas en el colegio ni tomando algo con gente.

No sé qué puedo decir cuando muere alguien que me dio palabras para balbucir a qué quiero, más o menos, dedicar la vida.
El caso es que cuando busco qué leer o escribir, no lo puedo imaginar sin haberme alimentado con Aute. Cuando veo unas simples noticias, cuando me planteo qué está bien y qué no, cuando pienso en lo justo y lo injusto, cuando siento qué debemos hacer, y cómo, ahí estaba gente como Aute.
Descansa en paz, cuánta vida gloriosa has dado en todo lo que nos dejas.
Jag.
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