29 de septiembre de 2021

YO TE CUENTO

 


En lo que escribo casi todo lo que pongo es de mi. 


No por nada, no me siento preparado ni próximo para dejar por escrito algo honesto y cabal de otra o de otro. 


Inventar e imaginar, invento e imagino constantemente, pero eso lo dejo en otra esfera aparte de la escritura: inventar-crear-imaginar es para vivir, no para encerrarlo en mis limitaciones al escribir. 


Así que, al escribir, si te fijas, al ponerme con las cosas del tibio sol a la caída de la tarde, o con las cosas de quienes creen tenerte de su lado con dos monedas o una sonrisa, o cuando me centro en hablar del hastío que me producen las amistades que me ven desde el marco emocional de hace treinta años, cuando escribo sobre eso, si te fijas, siempre estoy escribiendo de mí. 


Escribo de mí -me parece- porque desde chico me siento mortal. 


Escribo de mí porque siempre he sospechado que hay una holgura dolorosa entre lo que las cosas son y lo que se cuenta de ellas. Y eso se complica porque todo bicho viviente se arroga el derecho a contar, basándose en su apreciación personal, y hace ostentación de lo que cuenta, sin hacer miramiento por su subjetividad ni por su limitación emocional, intelectual o perceptiva. Todo el mundo tiene algo que contar, como tiene un ojo del culo, lo que pasa es que mucha gente va a todas partes con ese ojo del culo por delante, tan gallarda e irresponsablemente.


Escribo de mi, y lo que pongo en el papel no es algo que me salga de mi ojo del culo personal. Es mi escrito, que quedará por escrito cuando yo no pueda contar. La conciencia de poner-por-mi-mano-algo-de-mi-y-que-firmado-quedará. Si al final resulta ser una cuenta reveladora de mi pasmosa ineptitud y/o subnormalidad, bueno, pues yo la firmo y la dejo por escrito. Mi verdad es.


Escribo de mi porque ahora estoy vivo y puedo hacer el cuento de mi, que es mi mentira y mi verdad, pero lo cuento yo. 


Uno es quien es, y también lo que cualquiera, de uno, quiere contar. 


Escribo de mi porque sé que fuera de mi va a haber, seguramente, por lo menos otro cuento que no escribo yo, mientras estoy vivo y me esfuerzo en mi redactar.


Escribo de mi para poner por escrito algo honesto y cabal sobre las pobres fuerzas de mi espíritu transitorio y mi cuerpo que se desgasta y desmorona, y lo pongo bien visible a este lado de la holgura dolorosa que hay entre quien soy y lo que cuente un malevo o descuidado o simple o pobremente bienintencionado ojo del culo acerca de quien soy ahora. Escribo de mi, mi cuento, por mi mano, para completar los cuentos que otros hagan sin contar conmigo en los infernales tiempos venideros, para ayudar o contestar a las críticas o sonetos o ponzoñas acerca de quien fui. 


Jag.

10_9_21



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