31 de agosto de 2021

DEJADEZ


Al principio empiezas a perder convicción por la belleza, a fuerza de entenderla, la mayor parte de las veces, tan vacía. Luego sospechas de lo que el común de la gente -y tú mismo hasta ese momento- considerábais interesante, tantas veces artificioso e hinchado, egoísta y exigente hasta lo insoportable. Al final, entiendes normales la pereza y el cansancio que vienen con la vitalidad y la simpatía, tan planas, tan aburridas.
No tengo fuerza de sostener y mirar a la cara y preguntar qué puedo dar o qué necesito o qué merecería.
No encuentro dónde esconderme y dormir y dormir sin más.
Jag.
13_8_21


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