Yo me digo que no me importa la voz, que no quiero fingir, aunque sé que así muchas muchos me van pintar de pobre autofingidor sin más recurso que lo que le pasa, que lo plasma como lo que ocurre, o lo que siente, o lo que otra otro de su entorno inmediato le cuenta que siente, o lo que cuenta tan simplemente porque lo que no se cuenta parece que no ocurre, y que lo que pasa, si no se le echa cuenta, pues no es ni pasado, quiero decir, que ha pasado, pero sin mirarlo desde su después, sin tenerle cuenta, pues lo pasado está desperdiciado.
Yo me digo nunca pondrás nunca la flor, el rayo, el cuchillo, la mano en el fuego, el brazo de mar, tan pertinentes ni concisos ni amables ni emocionados como tantas y tantos que lees cada día y que ponen la flor, el rayo, el cuchillo, la mano en el fuego, el brazo de mar ante los ojos para que los lea la gente.
Yo me digo todo eso tan malo, tan regalado y desperdiciado, aunque siempre me aparece un horizonte que no me esperaba y por allí pasaba y siempre se me escapa y me acabo poniendo soberbio impertinente.
Algunas veces guapas, sí. Algunas veces, amables, interesantes, justas, honestas y comedidas, sí. Pero sobre todo, a las hartas, a las abolladas, a las borrachas que cargan con sus taras, les digo yo que escribo. A gentes que no les intereso una mierda, les digo yo que escribo.
Y yo me digo ya ves tú todo esto para qué. Para echar la vida en cosa incomprendida y en risa condescendiente, todo el mundo al día en series, la pareja en forma y el hijo youtuber.
Yo me digo que desde que sale la flecha ya está todo el tiempo siendo flecha, y siempre va clavada, que la vida es vida así todo el tiempo, pero me van saliendo cosas de decirme aguanta, me van pasando cosas de pensar comprende y de sentir resiste, a veces algo que duele y duele en lo hondo, y no tienes amor ni futuro ni hogar, y tú sigues callado y sonriendo to majara caminando por los campos, y uno así se despista de lo que de verdad importa, y pierde así la paciencia lamentablemente, y acaba como la gente de esa que parece que hay tanta por todos lados, que está todo el tiempo boba hundida desperdiciada pensando con obsesión ay la virgen, verás tú que al final no voy a dar en el blanco.
Jag.
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