29 de agosto de 2023

COMO MIRANDO POR UNA VENTANA DE HOPPER


Si la gente mirase desde la calle al cuarto donde duermo, como se mira un cuadro de Hopper, si quisieran aventurar quién soy o qué hago o qué doy, mirando a lo que se ve, cuando me acuesto, a través de la ventana, no creo que se llevasen de mí más que una pobre impresión equivocada.
Verían tan simple un hombre solo que mira el móvil mientras espera al sueño. Y poco más podrían aventurar sin más que alejarse de mi verdad y equivocarlo todo.
Verían la cama de uno, y no verían qué de solo no tanto de mujer, que sí, sino también qué solo de amor y de ganas de dar el alimento, la compañía a la boca del corazón de quien también está hambriento de dar su comida y su compaña. Tampoco verían qué solo y qué cansado de tanta presencia hueca y tanto amor pesado inadecuado equivocado que nunca comprenderá y que no quiero. No verían qué solo de hogar, si es que para respirar tengo que salir más veces que de vez en cuando. No verían qué agotado de horizonte, ni qué descreído de mis visiones de juventud, ni de madrugar por recibir templados y crujientes los dones de Dios. Ni tan siquiera concebir la limosna del consuelo. No verían el potencial de destruir de mi entusiasmo fosilizado.
No verían qué perdido puedo estar, ni qué solo de desear, ni qué solo se puede ser cuando quien uno es y cuanto tiene para dar, en verdad nadie lo concibe ni lo escucha ni lo quiere.
No verían que mientras estoy jugando con el móvil, esperando a dormirme, tengo tan presente al mundo que hay pendiente de mi abrazo, necesitado también del torrente de mi ardor, de mi aliento y calidez, de mi atención, y que también se está durmiendo, consciente de todo lo que yo le falto.
Jag.
6_Julio_23


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario