29 de agosto de 2023

ORFANDAD




por la muerte de Milan Kundera

No sé qué decir. Se muere alguien que me ha hecho como soy. Eres lo que comes, porque pasa a ser lo que eres, y sobre todo, eres lo que lees.
Una de las últimas películas que vi en el desaparecido Cine Picasso de mi pueblo, fue "La insoportable levedad del ser". Ahí me volteó una historia, y vi por primera vez a Juliette Binoche. No quería despegarme de todo aquello, y me quedé leyendo todos los créditos, pensando: esto tiene que venir de un libro. Y ahí anoté por primera vez su nombre.
Soy malo para las fechas, pero creo que casi todos sus libros los busqué en Granada: primeros de carrera.
Después de leer "La insoportable...", con Kundera sentí por primera vez el hambre voraz por la voz de un autor en concreto, quiero decir: buscar sistemáticamente sus libros, porque entre todos ellos yo quería destilar quien era él, porque pensaba que eso iba a ayudarme a mi.
"La vida esta en otra parte", "El libro de la risa y el olvido", "La broma", "El libro de los amores ridículos". No hablo de gusto ni de estilo: no hubiera amado como amo, de no ser por estos libros. Me enamoré de una checa, y de todo Bohumil Hrabal, y ahora estoy pensando que en todo eso estaba, por dentro, flotando alrededor, Kundera. En fin.
Con "La inmortalidad", vi por primera vez, con alegría, con miedo y entusiasmo, que una novela puede atrapar con sus emociones y que puede ser también un vehículo del conocimiento. Hacer poesía, aprender y ayudar al Saber. Ahí estaba lo que yo quería. Con todo el nervio, el apoyo, el desafío y la responsabilidad.
Después, casi sin querer decírmelo a mi mismo, me fui a comprar su "El Arte de la Novela". Y sigo en toda esa hambre y ambición, aún acercándome a ese momento en que uno se pregunta, todo esto para qué.
Y ahora pues se acaba de morir, y todo esto son recuerdos de libros que tengo en cajas, y que leí hace muchos años. Y ahora leo y me alimento y me hago con muchas otras y otros. Algunas veces con todo el convencimiento, y otras sin un sentido claro, como una maña que he cogido. No sé.
Leí por ahí que las células del cuerpo se renuevan totalmente cada equis años. Como que de ti sólo queda la cáscara, pues todo lo tuyo va cambiando.
Ahora no dejo de notar una pequeña y dolorosa orfandad. Por lo visto no se me va Milan Kundera, después de lo mucho o lo poco que ha llovido.
Jag.
12_julio_23

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