Aquí, aquí llamando,
aquí, Alfa Quebec Uniform
India,
desde la casa de mi alma,
aquí
aquí yo mando, probando,
si se me oye o si más,
se me escucha, aquí
latiendo,
latiendo, aliento justo,
por un malamente abrir la
mano,
inspirar corto, y expirar
dos veces,
presentida condena,
palabrería por vena, imbécil,
con perdón de la mesa.
Aquí, aquí te digo,
aquí , Alfa Quebec Uniform
India,
en el centro de mi ánimo,
respondiendo
llamarada sorda
el aire viciado de la
queja
pútrida que retumba. La queja,
que repite como el ajo,
la protesta
por sistema, proverbial
cara de asco y lo normal,
desprecio im-
becilidad la cojera
emocional
de rompe y rasga,
ni juan ni juanillo,
borrador y juanete es
como es,
el postrero debatirse, la
lógica
del miedo del crepúsculo
y matar de escozor,
el mirar atravesado
sin escrúpulo desbarrar
el siniestro caminar
que podría ser peor.
A mí me falta corazón
para sostenerme,
a mí me falta facilidad, empatía
por la vana alegría de
los demás, sin más
se han comido las moras
de Huertas Viejas,
y a mí
me falta el airecito,
me falta tacto,
me falta tanto y tampoco,
me falta
la canción en el
bolsillo, juventud, unicornio,
el carro que la vida se
llevó lejos,
bien lejos, que ya no
sirvo tranquilo por la
vereda,
que aquí no hay valla
valla
y aquí está el juego
de jugar con fuego y no
lo pillo
y tú te quedas. Agradecido
impenitente en lo que
pueda,
y derrotado en lo que no
he elegido.
A mí me falta el aire
nuevo
en las bromas de siempre,
a mí me falta
la risa el sentido,
claridad
que no sobraba, huerta
pa fogar, y lo honesto,
que encerrado apesta.
Pues venga un baldeíto
y que entre la gloria del
altísimo
y venga los pies fuera de
la cama.
Tu amor se me escapa a
contraluz
por la colina. Y te
confundes.
Y lo arreglas tan tarde,
y se te escapa un dedo
cuando todo es candela
y lo pequeño arde. No hay
porche por mi resguardo,
suspiro
que me sostenga, caricia
que me recoja
con la que está cayendo,
puente
para rendirme, y ahora qué,
valiente,
ni un respiro para el
sueño,
ni mala fantasía
para una tregua.
Vamos mejor a quedarnos
tranquilos,
mi yegua, no nos
colguemos medallas invisibles,
no inventemos victorias
sin brillo.
Y no me preguntes tan
hondo,
que yo no mando. No nos
sirven
alharacas, estertores,
tatuajes, adhesiones,
promesas resquemores.
Ya te digo si me
escuchas,
lo que sirvió me está
chico,
lo que silbé me viene
grande,
la lógica
que la derecha entiende
a la izquierda amarga, la
pregunta
del mundo en desvarío,
ay de esto yo no quiero,
tan losa de piedra
y vivarbeti
que me muera si te
miento,
yo lo siento, a mí me
sobra
la certeza del necio,
la mudanza del listillo,
el consuelo de la
asfixia,
la gracia que enferma,
vana compañía
y vente a comer cuando
quieras.
Tú espérame una
chispilla,
espera un poco, sólo un
poquito
y hazme el avioncito
con el que tus abuelos
ganaron la guerra. Yo sólo
tengo
que no pisar tu rancho,
yo sólo tengo farsa
compañía
y a qué tanto barullo
y no me des consejo
y no entiendo el orgullo
y me mata la soberbia
y bien te quiero,
y no te haré llorar
cuando esté bien lejos.
Qué tonto trascenderse
que estoy hecho.
Valiente malvecino
y qué injusticia llevo
mordida en la genética,
y cuánta mierda, y vaya
miedo que me tengo.
Por ahí van a ir los
tiros,
aquí donde me ves,
a mí me sobra dolor
antiguo,
aquí donde me ves,
a mi me enerva poder
por el poder, y ver
la vida del pájaro en
vuelo
tan tirada en barrizal
desconsuelo,
y me debato y me ducho
denodadamente
y me miro el pecho
avergonzado
y qué he hecho,
enfermedad
de pedo y palo
y a las doce risa,
ansiedad eructo.
Caricia de lija me
tienes,
perdona que te diga.
Peinado
de estopa me contempla.
Hambre simple
de pregunta metepata y
notejode,
y bote encima de brote,
tan como siempre.
A mi me falta el aire
nuevo,
me falta gallardía y
señorío
ante el miedo muriendo
matando
como la mierda de antes.
A mí me sobra carrera
y me falta carrerilla, y
cada vez
encuentro menos papel
para brindarme.
Desfallezco. Desalento.
¿Y cómo puedo ir a
buscarte ahora?
¿Qué derecho esgrimiré
para amarte,
dibujarte la promesa?
Ahora sólo me atrevo a
suspirarte de lejos.
Ahora sólo me dejo
engordar
por cantos de campeones
venidos a menos,
huracanes
que olvidaron sus
canciones
y se callan en la orilla,
llovizna
de ridiculez que se creyó
tormenta,
trueno despedida
alimento y me arrepiento
de mi hambre desmedida.
Da la risa amarte,
da la vida que me mires
hasta el fin de los
tiempos me desnorto
y morirte desespero y me
avergüenza.
De tus cosas extrañas yo
me acuerdo
y me pediste un cine
y me acurruqué en la
podredumbre.
Me hice unos largos en el
miedo
y necedad soltando
herrumbre.
Hoy ya es tarde para
traducirme
y que me entiendas.
Atrapado y qué sentido
y qué calor y qué
tristeza.
Malviviendo desespero, y
descentrado
la alegría boqueando
yo te vivo.
Aquí perdido, aquí
llamando,
trueno despedida
alimento y me arrepiento
de mi hambre consumida.
De mi sed, de mi sed,
aquí llamando, aquí
aquí, Alfa Quebec Uniform
India,
desde la casa de mi alma,
si se me oye o se me
escucha,
aquí, aquí latiendo,
latiendo,
porque aquí yo mando.
Jag.
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