Voy y vengo:
no hay adónde
ni con quién
ir y venir.
Jag.
29_7_21
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Fue un amor breve.
Te miraba y me reía: el silencio
me parecía tan poca cosa.
Poco más sentí tener
digno que ofrecerte.
Jag.
28_7_2021
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Decir que la Poesía es muy puta
es una manera muy injusta
de cortar camino hacia la verdad,
si es que lo hubiera. Es
una forma lamentable
de dar la espalda,
y aún de ni enterarte
de lo divertido
de todo esto.
Ya puestos a ejercer
de mierdoso inconsciente, estás
negando a la gente
la verdad esperanzada
de que la Poesía
te trata a pedradas porque,
orgullosa y voluble,
nunca va a querer
reconocer abiertamente
que no deja de pensar
noche y día,
del desayuno al desvelo,
en los mordisquitos
que le das en el culo.
Jag.
27_7_21
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Leo cosas. Me entrego a sus emociones.
Todo está como el fondo verdegris latente de un lago.
No soportaría salir tontamente a respirar, y acabar diciendo en una bocanada que estoy echando de menos una palabra cualquiera tuya.
Jag.
26_7_21
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Hola, sí. Soy amante, en general. Mi lugar va conmigo. No sé si está en mi corazón: ya no me fío mucho de esas idioteces de la cultura romántica. Mi lugar va conmigo, y no es un sitio en el que yo ni nadie se refugie. Tampoco es un sitio en el que a nadie pueda invitar.
Cuando tienes abierta la cremallera del pantalón, se llama "llevar la bragueta abierta". Si la tienes cerrada, esa parte no tiene un nombre concreto.
La verdad es que llevo demasiado tiempo intentando no darme por enterado de que no hay nada en lo que creer.
Creo que en realidad necesito algo así como lo del otro día: reírme y reírme con alguien sin pensar.
El otro día me dieron ganas de hacerte lo que los poemas les hacen a los cerezos.
Jag.
23_7_21
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Escribo porque
he observado
que es muy difícil
que al mismo tiempo
estés leyendo mi poema
y jodiendo la vida
de todo lo que te rodea.
Te distraigo, realmente,
como poco, te quito de lo malo.
Y mientras suspiran
y aplauden los árboles,
la delicada temperatura
de las aguas de los cielos
de los follajes de los campos,
el sufrido equilibrio
de las emociones
de las mujeres
de los hombres
de los niños que no
conoces de nada
y que te sufren,
la verdad, yo no pierdo
del todo la esperanza
de que te alejes
de la tele un momento
y te eches a la calle
a tener un gesto amable.
Jag.
20_7_21
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No sé nada de tanto, sé que doy tanto de algo, que quiero mucho del todo, que quiero casi todo lo que se me ocurre nombrar, así de ingenuo, atrevido. Espinoso, tan callado, yo hago como que estás aquí a mi lado, como que uno mueve las piezas del universo entero para tener así de cerca lo que uno ama. Como jugando a que eso es lo mejor para todos, como que eso de poner tu pieza cerca de mi pieza, pues al mundo de repente le va a dar como un aire de más justo, de más lógico, de más emocionante, de más excitante y vivible y hermoso y renovado. E imaginando que estás aquí cerca cerca, pues como que juego a que ya tienes sentido todo esto que acabo de escribir porque tú existes de verdad ahí en tu lado, y entonces, aquí, en mi lado, imaginando que estás aquí al alcance de reacción de mi susurro, yo digo, ¿te imaginas? Y no tengo ya que esperar siquiera a imaginar que reacciones con gotas o con risas o pellizcos o caricias besos arañazos insultos empujones, yo digo ¿te imaginas? y mi mundo ya es más justo y más lógico y más emocionante, excitante, vivible, hermoso y renovado tan sólo porque tú existes, y porque puedo imaginar que estás a mi lado y puedes escuchar cuando pájaramente me sale ese susurro del cuerpo: ¿te imaginas? ¿Tú te imaginas?
Jag.
16_7_21
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Hoy me he levantado de oscuro negro, con una escuálida broma porno y un te aprecio ya lo sabes.
Ya tengo bien claro que todo es qué lejos, o qué pardo aburrido y qué según, no te vayas tú a creer. Yo lo sé.
Venía mascullando que Dios me ha dejado en la friendzone, aunque luego lo he borrado. Me siento feo y escupido, y no guardo fuerzas ni convencimientos para quererme ni para ir poniendo más deseos en la vida.
Por el camino a la expo, me he encontrado a la María grande trasteando en un escalón con tres o cuatro bolsas de la compra. Le he preguntado si la ayudo. Me dice que gracias, que ya puede, y que mucha gente ya la trata como a una vieja. Yo le digo que me ofrezco porque sólo tiene dos manos, le llevo dos bolsas, que voy de paso, vamos hablando y se las dejo en la puerta. Que de mi natural, si veo a alguien esforzándose así, me sale ofrecerme. Me ha dicho tú es que eres un príncipe.
Gracias a la María grande el día se me ha clareado un poco.
Tú estarás durmiendo como un tronco.
Jag.
15_7_21
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Frío,
tan familiar.
De mi estela, de
mi sombra de
mi aliento vete, yo
no quiero fans.
No tengo nada
que esperar.
A lo sumo,
sólo cuerpo, y de morir
no queda nada.
No me busques
en la lucha, la sonrisa.
No me busques
en la esperanza.
En los restos
de lo que llaman vida,
yo sólo quiero dormir.
Jag.
14_7_21
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Hola, ahora mismo estoy pensando que creo que me abandonó para siempre la madre de la ciencia, compañera de la sabiduría.
No sé qué hacer. Aunque sí que sé sentir lo mismo.
Tampoco sé si pensarte así de indiferente por los largos huecos entre nuestras noticias. Quizá es que ya somos lo suficientemente conocidos, y ha quedado como un apunte sin tensión. Para arreglar las cosas, el algoritmo me envía casas en las que yo imaginaba alojarme contigo.
Debo confesar que me di aquella ducha fría porque no encontraba más conversación: me asfixiaba ese dolor indescriptible que no comprendes. Es mucho más que una incomodidad del corazón.
Cuando salí me sentía solo como siempre, y no me acompañaba nada la lluvia de animalitos.
No dejo de pensar en tu ropa de colores, en tus zapatos, en tus blandos insultos para reírnos, y sigo desviando a toda costa el tema de las gotas de tu sudor.
Jag.
13_7_21
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En mitad de la vida normal, atravesando el espeso aire ardiente, me da por imaginar que estoy mirando una foto que me he hecho contigo.
Da igual lo que haya por dentro y por detrás, no importa qué nos haya llevado ni en qué vaya a desembocar. Indiferentes al fondo, a la atmósfera, la perspectiva, el lugar, tan sólo tú y yo juntos en ese encuadre, quietos en ese tiempo, sonrientes.
Imagino que miro esa foto mientras camino en la tarde que se va dejando hacer. Miro a una montaña a lo lejos, pienso en esa foto nuestra en la que es probable que el viento te haya movido el pelo, tu vestido de colores diminutos, fragantes e imposibles, y los dos mirando adonde suponemos que está el objetivo, diciendo cheese.
La hierba de la ruta del nacimiento se está secando alarmantemente. Hay cagadas de caballo, restos de veneno en las costras, y todo parece ensimismado, quebradizo, los perros me huelen y la gente hace estiramientos. Hay silencio, pero es un silencio de verano.
Imagino esa foto en la que estamos, tan en mitad de un viento que para en ese instante inocente, y me sale en voz alta que hay cosas que no tienen asas.
Y apenas se me queda todo esto en eso. Las cosas queman, o cortan o pinchan, y no tienen asas. Las cosas vuelcan o están vencidas, las cosas necesitan una guía, o están heladas. Las cosas son frágiles y evanescentes. Las cosas entre los dedos se escapan. Y uno quiere esas cosas, uno hace por sentirlas y sostenerlas, por llevarlas, y es urgente ahora, y es importante cómo. Y las cosas no tienen asas.
Jag.
12_7_21
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Cada tanto, a cada dolor profundo
le correspondió una memez, y fue
ven, fue no te entiendo,
y fue vamos,
dame la mano, ven
no te culpes,
y desde entonces
hasta ahora, desatino
reflexión en la hora caliente
del fiero empuje, y suelto
mi chorro animal ciego
en el momento
que tan sólo entiende la luz,
que pide recato, suda contención,
y doy días de ruido ignorante
a lo que un segundo
de respirar inteligente necesita.
Jag.
10_7_21
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Algunas veces el desamor cierra despacio la puerta, como dejando que corra el airecito todo el tiempo que se pueda.
Se me acelera el corazón con nada. Luego tengo todo el tiempo para irme preguntando, en la senda oscura, cosas sin importancia, hasta dónde alumbro con mi velita, o si dijera algo en voz alta, en cuánto volvería el eco, hasta cuándo la frialdad.