En "La espinaca de Yukiko" (Ponent Món), Frédéric Boilet recrea la fascinación de los japoneses por el placer ligado a la pérdida. Ese sentimiento tiene un nombre, que no recuerdo, pero lo encuentro constantemente en las historias de Lorrie Moore:
"...y todo el amor que la había sorprendido tendría que ser un recuerdo, un camión en la autopista que se acerca rugiendo por la izquierda, algo que debería dejar pasar. "
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