Hoy, en la cima del Cerro Alaminos, pan y agua del pueblo. Cuatro naranjas. Pinos grandes orientados por el viento, vencidos mirando hacia el mar. Lirios de campo, ombliguitos, palmas enanas y algarrobillos de un metro. Grandiosos.
Sol de las diez. Y silencio del sur. Todo latiendo a la vez.
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