cada palabra que dices –aunque haya sido dicha despreocupadamente- cada juicio atinado o miope, cada opinión que gritas al viento, cada oración que susurras a las iniciales bordadas de tu ropa de cama, trascienden la dimensión mínima que tú les das. Cada cosa, cada palabra tuya, cada juicio, cada opinión que vives o formulas en tu tiempo, en tu casa, son criterios que alguien adoptará en otro tiempo, en otra casa, para juzgar a la Humanidad , a la vida.
Esto ocurrirá, ya seas un hombre íntegro, ya seas un monstruo indecente, así tu vida sea un templo a la paz, así enraíces adormilado en un sillón, alguien te está mirando. Y todo eso le sirve para hacerse una idea exacta de lo que es el Hombre. Nada en tu vida es eventual o gratuito. Ten clara conciencia de esto y haz todo lo posible por adoptar unos criterios que no te impidan dormir tranquilo por las noches.
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Esto ocurrirá, ya seas un hombre íntegro, ya seas un monstruo indecente, así tu vida sea un templo a la paz, así enraíces adormilado en un sillón, alguien te está mirando. Y todo eso le sirve para hacerse una idea exacta de lo que es el Hombre. Nada en tu vida es eventual o gratuito. Ten clara conciencia de esto y haz todo lo posible por adoptar unos criterios que no te impidan dormir tranquilo por las noches.
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