Ella no aguanta
ni un mordisco
ni una falsa alarma.
Es pequeña,
delicada y se despista
con los cambios de postura.
Tiene 92 de vida y
un poder devastador.
No se la puede dejar
a tiro de nada, porque
se va enseguida, aunque
si la dejas disparar libremente,
con su manita de pluma,
con sus labios
de seda caliente, ella,
tan amorosamente,
borra de la faz de la tierra
el recuerdo, el nombre,
razón y atrevimiento
del enemigo.
Jag. 27_4_16
.
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