26 de marzo de 2015
NO ES ARGUMENTO
Un día como hoy, con los ojos abiertos a mi vergüenza y a mi cobardía, pero también en la conciencia de que, a pesar de sentirme débil e inconsistente, cansado para las cosas importantes, no voy a dejar el empeño por tocar la frente y mirar a la cara a la vida, cuando venga de frente, y oponer con amable firmeza mi mano cuando la vida venga en dirección dubitativa, con las fuerzas de soslayo. A pesar de reconocer la inconstancia por mi amor propio, incluso en días soleados, no dejaré de armar el brazo decidido, o al menos la opinión, la sugerencia, la corrección, el desvío y si llega el caso, la oposición.
Un día como hoy, en que siento en carne viva mis faltas, con cierta fe, con una aproximación a la esperanza por cierto amor que te digo, me he ido a comprar el libro de un autor que he sabido denostado. Y lo hago como parte del empeño básico de intentar saber algo más que ayer, sin pararme en la opinión de otros, o al menos hacer lo posible, o en último término, seguir mareando mi ignorancia en el interés por un nuevo libro.
Y voy, y no es la primera vez, a comprar este libro con tu compañía involuntaria dándome vueltas por lo mío, los bolsillos, las manos nerviosas, los huecos del estómago, las vagas decisiones, las neblinosas emociones, los dudosos perceptos, las febriles imaginaciones. Y voy, digo, en tu compañía, y todo es como es, como una fuente preciosa, como una última puerta que se abre.
Creo, espero, y amo, me digo mientras pago el libro, y acepto la dudosa certeza de que comprar contigo cierta cosa, es una especie de hecho tuyo y mío. Y sé que no es argumento, pero apostando vida real en este tipo de juegos es como he crecido.
No hago más que abrirlo, y "Creer, esperar, amar" de Laín Entralgo, se me empieza a descuadernar. ¿Sabes? no es cuando llegan las malas cuando abandonas tu lado mágico. En verdad, se tensa, se posiciona, se reafirma y crece.
Es un dolor que se añade a mi carga, el que mi creer, mi esperar, mi amar, que se alimentan en las ansias por lo tuyo, se acaben lanzando a vislumbrarte, a aprenderte, en las páginas de un creer, de un esperar, de un amar que se descuadernan. Lo que tengo o lo que me falta contigo, no es práctico pero es siempre sencillo. Se basa en creer en ti poniendo cuidado. En esperar en ti. En amar con cuidado.
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