la boca cuando cruces la calle.
No adelantes nunca a Francisco,
y no le pegues cogotazos a tu jefe.
Escucha antes de hablar
y aprende a leer antes
que a escribir.
Y come bien,
no te vaya a confundir la barriga
y te enamores de una desaprensiva.
.
Ay, ¡cómo me gusta! confundir hambre con mariposas... qué bonito.
ResponderEliminar