13 de abril de 2011

Texto Pantone 9.

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Entre la percepción desapasionada (aunque condicionada por nuestros prejuicios y las limitaciones de nuestros sentidos) de un objeto real, y la proyección de nuestras emociones (sueños, deseos, anhelos profundos) sobre un objeto imaginario, nuestra mente (me refiero a nosotros, aunque seamos mucho más que nuestra mente, en realidad) no sabría decir cual de las dos opciones es la más real. En el caso del objeto real, un exceso o un déficit nos lleva a una valoración parcial y confusa de la realidad. En el caso del objeto imaginario, el deseo, la emoción, constituyen un motor y una directriz para escenificar, en nuestra mente, nuestros anhelos y necesidades.

Puestos a vivir, forzosamente, en un ilusión de realidad a la que nuestra mente puede acceder, supongo que, personalmente, por abierta y constructiva, me encuentro mejor en la imaginación.


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3 comentarios:

  1. impresionante, yo también prefiero encontrarme en la imaginación.

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  2. ¿Pero es que existe otra cosa que imaginación?

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  3. Yo soy incapaz de estar a gusto en otro sitio.

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