23 de octubre de 2019

ESTO ERA


Leer es mejor, casi
desde el principio se intuye
que escribiendo, todo
lo de uno, por ejemplo
follar convencido enteramente,
pasear con sensaciones
de profunda alegría verdadera,
comer llegando al fondo
del asunto del disfrute, mucho
más allá del simple
mantenerse nutrido tan prosaico,
en equilibrio, quiero decir, todas
esas cosas que sobre
el papel supuestamente
son tan sencillas, acaban
estropeándose sin remedio
cuando uno que escribe
se las pone entre ceja y ceja.
Quita hombre, dónde
va a parar, leer es mejor,
escribir es complicarlo
todo lastimosamente,
es lanzarse de cabeza
a la tripa interminable
de los listillos, que te lo hacen
todo mejor y tienen tiempo
de fotos,
de gatos,
de cócteles,
vacaciones en pelotas,
cursos remunerados,
correcciones acertadas
y ritmos saludables.
Quita quita, escribir,
con esas legiones
grupúsculos de gente de bien
que difunden tu mensaje
después de haberlo
entendido
con el culo.
Leer es mejor
que escribir
como de aquí a Lima
en un autobús de mi pueblo.
Lo que pasa
es que uno acaba viendo
la bajuna violencia
con que estamos manejando
nuestra precaria realidad,
lo estúpida que nos estamos
volviendo la gente
desde que nacimos
para acá y seguimos
sumando, pacientemente,
resbalones, groserías,
desaguisados desde
el primer papiro de la Historia,
lo que pasa
es que uno dice coño
cómo se puede manejar esto,
después ocurre que te rompes
el dedo chico del pie
con cajas de libros
que no tienes tiempo de leer,
te ponen a mala leche
un amanecer inexplicable,
te acuerdas
de lucha de gigantes, y como
que caes en la cuenta
de que no es justo
que la normalidad
se acostumbre
a esta subnormalidad,
y entonces claro, pasa
que te naturalizas ese
pellizco raro, y ya dices
pues bueno, esto era.
Jag.
17_10_19


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ENTONCES


Alguna vez me he encontrado, a lo lejos, salvando una multitud, con una mirada que me encuentra. En ese momento siento que algo va a ocurrir.
Después, en el momento en que algo ocurre, compruebo que es apenas algo más que una prueba de lo que ocurrió en el momento aquel, en el que salvando una multitud, nuestras miradas se encontraron.
Jag.
15_10_19


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No es vida.


No es mi vida.
No me gustaría leerlo
si estuviera escrito.
Jag.
15_10_19


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Ella tiene esa belleza y alegría


de haber ido
y haber vuelto de ver
las orejas al lobo.
Jag.
9_10_19


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YA VERÁS QUÉ TAN TRUNCADA LA VIDA


Es seguro que muchas veces me he equivocado: hice algo, y en su momento supe que empezaba a penar, aunque también sabía que ya estaba hecho, que estaba en la página negra de la inutilidad de mi torpe esfuerzo, de mi blanda precipitación, de mi mediocre humanidad. En ese momento ya sabía que tengo algo por resolver.
Es seguro que muchas veces me he equivocado: no hice nada, y desde entonces arrastro en cada momento con ese penar. No había hecho nada, y la equivocación sigue hasta hoy flotando, invasora de todo el aire que respiro, sin forma definida. Nunca acabé de pasar esa página, y nunca sabré hasta dónde podría haber llegado mi esfuerzo, nunca hasta cuánto alcanzaría a resolver con lo que tengo a mano: apenas mi humanidad, tan pequeña y tan suficiente.
Me equivoqué en lo que hice, y probé en su momento, con dureza y satisfacción concretas, cuánto puedo caer y levantarme.
En las cosas que no hice, todavía me estoy equivocando. Y cargo con el dolor indefinido de que le he fallado a mi vida.
Jag.
11_10_19


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SUEÑO CARMÍN DE GRANZA


Esta noche he soñado que una amiga iba montada, desnuda completamente, sobre una coma roja que vuela. La coma, que era del tipo Garamond Black, en color carmín de granza, podríamos decir que estaba escrita bocaabajo, como si mi amiga desnuda, montada a caballito, fuese el texto precedente, y el espacio que volando les distancia del suelo, fuese lo que viniese después de la pausa. La cosa quedaría en que mi amiga se agarra a la parte redonda de la coma, del tamaño aproximado de una calabaza vencedora en concurso hortofrutícola, se sube a horcajadas aprovechando la concavidad del rabito de la coma, que le sirve de asiento a la puerta de salida a la luz del mundo de mi amiga, y remata tan gracioso hacia arriba, por detrás, como la popa de una especie de góndola volante monoplaza. Pero la cosa no queda ahí: la coma volante no tiene aristas. Visto el conjunto de frente, mi amiga venía con las piernas abiertas levemente, semioculta detrás de una forma fusiforme de material rojo carmín de granza, rígido, terso y brillante, con los vértices amorosamente redondeados. La cosa no queda ahí: en mi sueño yo sé que la coma en la que desnuda viene cabalgando los aires mi amiga, vibra silenciosamente al volar, con lo que cualquier persona con un mínimo de preparación emocional comprenderá sin un gran esfuerzo que soñar este sueño tiene miga.
Jag.
7_10_19


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LETRA

Si sólo fuésemos letra,
ya estaríamos amándonos.
Jag.
2_10_19


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DE NUNCA

Nunca me ha gustado
ser uno más.
Con frecuencia intento
ser uno menos.
Jag.
1_10_19


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PEQUEÑO AGUJERO DE SALIDA PINTADO EN UNA ESQUINA CUALQUIERA DE UN LIENZO DE GRANDES DIMENSIONES


No es sencillo acabar escribiéndole al querido amanecer que nunca va a llegar. Escribirle y darle razón de pensar que le escribo por manosear la desesperanza que me hice en mi noche oscura. No es sencillo hacerlo, y no importa demasiado el tiempo ni el aliento que haya dedicado a educar mi fe, a darle de mamar todo lo que tengo y buscaba, ponerle la fuerza, la convicción que no sabía que había de encontrar, quitarme de la boca el alimento para darle. No importa demasiado todo lo que di, lo que hice, lo que acabé siendo, si es que todo estaba por desembocar en este sinsentido. Más que eso, decirle que le escribo desde una alegría que se deshizo del peso del dolido orgullo por arrastrar la vida en esa equivocación fatal. Escribo desde el campo vacío que tengo por criar con nada ahí perdido y tirado en el centro de mi pecho. Escribo desde la alegría que transpira el saber que nada tengo que ganar, que no tengo que perseguir algún prosaico aliento de utilidad en algo de lo que haga ni en lo que soy. Que es inútil todo, menos mal, y que no hay debate cierto ni horizonte digno en esperar o perseguir al querido amanecer que nunca va a llegar.
Así que esto es sólo un arrebato gratuito de esa alegría sencilla de encontrar por fin el descanso. Descanso de ese suponer de contino que debo tener un olfato raro. Descanso de tanto intentar explicarme por qué es que nadie a mi alrededor está buscando como loco, como yo, una esquina recogida en la que vociferar una arcada por el aire pútrido que hemos naturalizado en este mundo zopenco y miserable. La alegría de aceptar por fin que estoy solo en esa exquisita consideración de lo que la comunidad está asimilando en su normalidad. Antes que juzgar cuánto habrá de necio o de frío en esa sangre que mueve al mundo, antes de dejarme caer ocioso en dolerme por algo que no está ni salió de mi mano, antes que relajarme y reventar las tintas, quizá decir tan sencillo que yo no soy normal. No, no soy normal, y no siento vergüenza por ello. No soy normal y tampoco encuentro orgullo en ello. No soy normal y no hay nadie, pues, con quien compartir la carga, y no hay nadie con quien reir el chiste.
Quizá es que haya llegado ya el querido amanecer para todo el mundo y yo no me he dado cuenta. Quizá es que yo no estaba preparado para la luz de ese nuevo día, y no lo entiendo, y no me entero, y no lo disfruto.
He perdido la parte bella de mi sonrisa, y eso no es una lectura. He perdido la parte de sonreír para construir algo porque imaginara que algo de todo eso que veo estropeado y con aseguranza de derrumbe tuviera algún remedio con la sola presencia de mi sonrisa. Las esperanzas he perdido. El amor elemental. La armonía para con mis semejantes estoy viendo que he perdido. Y nada debo temer por mí ni para otros, pues sé de seguro que no haré por molestar, y hacia dentro estoy afilado. Yo me voy a ir dejando sin ruido.
Yo sólo quería decir, querido amanecer que nunca va a llegar, que ya he sentido más de lo admisible cómo la vida se regala a los indignos, cómo la mezquindad se establece y encuentra acomodo en los lugares donde debía vivir lo intachable, en la voz que dice lo que todos escuchan lo que debería ser, en el corazón que guía el latido de cada uno de los pasos hacia lo cierto. No amanece para mí, pues la nobleza vive indigente, burlada y perseguida. No amanece para mí si veo que todo lo que debería ser el alimento de la vida vive de migajas. Y así todo ha de crecer hacia lo mezquino. No amanece para mí porque todo lo que yo entendía que debía ser para vivir es para llorar. No amanece, pues así es como hacen el mundo, y el mundo sigue así adelante, y aún así, sin amanecer, a su través y a sus espaldas está creciendo, como un potrillo sutil de aire frágil, mi pobre silenciosa alegría verdadera.
Estoy solo en mi risa, y no me importan los que vanamente se adhieren o se contagian. Estoy solo, aunque multitudes se cuelen en mi foto. He perdido la belleza que la normalidad entiende. Me ahogo y me cago sin querer en sus formas. Me muero de arcada desde tiempo inmemorial, y hoy sé que desde niño me estoy corriendo de asco cada vez que me ponen cara de interés cuando suponen que están compartiendo conmigo mi mensaje.
Mi canción no es para este mundo.
Mi canción es para saltar y explotar porque en esto nací, en esto debo vivir, y de esto no puedo irme.
Mi canción es más que nobleza y lealtad y compañía.
Mi canción no es para mí ni para otras ni otros.
Mi canción es para nada, porque es alegría sin nombre y sin familia. Es alegría sin talla y sin color, sin peso y sin horizonte. Es alegría sin beso, sin abrigo, sin papel, sin casa y sin comida. Sin abrazo, sin aliento ni respiro.
Mi canción no es de letra comprensible, pues sólo es para las niñas y los niños.
Mi canción yo no sé cantarla. Y solo en mi oscuridad, en mi lealtad, en mi vana compañía, afilándose hacia dentro, es para que yo solo sepa que no soy como vosotros.
Jag.
30_9_19


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FORASTERO


He llegado algo tarde al trabajo dándole patadas con cuidado a una naranja verde.
Después, una mujer del pueblo, una de las que hacen cada tarde la ida y vuelta de ese camino del campo, me ha dicho que vaya colores bonitos que estoy dejando en la pared, que vaya alegría, que parece que estamos en otro país.
Jag.
27_9_19


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Lo último que hice por amor

Lo último
que hice por amor
fue el ridículo.
Jag.
23_9_19


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Camino por nada


el corazón vacío
sin saber si
adelante hacia atrás
impenetrable
en la noche tan negra.
Mas sin querer
conmigo te llevo y sé
que inútil
e incomprensible,
por algo y para nada
yo voy
a necesitar
esa carga.
Jag.
26_9_19


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BARNIZ


La primera vez que vi que una mujer arrastraba el puño cerrado a lo largo de un muro revestido de chino rústico de unos dos centímetros de diámetro porque acababa de perder a su marido y a su hijo en un accidente de coche y se quedaba sola en el mundo, me pareció una reacción comprensible. Por otra parte, siempre he sospechado de esa atribución de virilidad al hecho de dejarse llevar por la ira. Me refiero a ese mezquino pedir perdón tan sencillamente, después de los desmanes tropelías espumarajos de jefecillo reyezuelo machoalfa cabeza imbécil de familia, y seguir la vida como si no hubiera pasado nada después de la tormenta. Pero sí pasa, sí. Sale el embrioncillo con el colmillo totorcío, aunque en la escuela y en la calle todo el plantero se sigue viendo igual de verde. Yo siempre me digo que tengo el corazón de madera barata porque de chico no tenían tiempo para hacerme ver y aplaudir lo que quiera que yo empezara a hacer bien. Todo era cero grados como un cumpleaños de media naranja soplando mistos, como si haber nacido se pudiera tomar a cachondeo.
Aunque nunca lo voy a reconocer en gran grupo, vivir me ha parecido siempre como una pelea por adecentar todo lo mío con un barniz que me gustara. De alguna manera siempre he sabido que no se puede fingir el saber, a no ser que te rodees de becerros ignorantes insensibles, que no se puede impostar la nobleza a no ser que sólo te juntes con mezquinos miserables. En algún momento he sabido que serlo o parecerlo es igual de estúpido, inútil y sin sentido. Que parecerlo es reconocer las fallas de tu alma, y adornarlas fulleramente con unas bragas bonitas para cuando estén delante de una gente que en realidad no va a hacer nada por comprenderte. En algún momento he sabido que serlo es una cuestión de la intimidad, que te obsesiona y te pudre si le dedicas demasiado de tu tiempo, de tu aliento y atención. Así que lejos de ir puliendo mi canción con belleza y dulzor, me he ido haciendo queriendo sin querer canto duro oscuro, como algo redondo sin aristas de piedra color cualquiera, lleno de jirones como una esponja reseca por los que libremente atraviesa el viento frío.
Me voy dando cuenta de que creo que no sé escribir el libro que me gustaría leer. Que a lo mejor sólo soy un lector con cosas de gordo. No sé. Va pasando el tiempo y nada. Va pasando el tiempo, y yo sé que va pasando mucho más. Pero qué le voy a hacer, no lo sé.
El otro día soñé con una amiga con la que en su momento me lié en mi casa. Me decía ya nadie da un duro por mi ombligo. Pero yo la tocaba nuevamente y le decía pero cómo te menosprecias tan a la primera, criatura, no lo entiendo. Y sus labios menores eran como almenas jugosas, como dientes amables de carne con volantes de escarola. Le pregunté si le había dicho que me daba en la nariz que el primo segundo de Atatürk (comprobar) me la tenía jurada desde que me pilló mirándole el culo a su hija más chica en la feria de día del distrito nueve de Estambul, en la explanada del Halicarnaso, en marzo del cincuenta y cuatro.
Me dijo sí que recuerdo que me lo dijiste, pero no te creí ni media palabra, que eres muy dado al drama histórico con derivaciones hacia el enredo barato, aunque vaya feria de día, ¿eh?
Yo le dije que sí, que no me esperaba para nada algo como un DJ de electrónica trip ya en la barra. Y la orquesta de fanfarria balkan, que siempre me acaba llenando de ternura, que lo único chungo fue que iba estrenando aquellos zapatos que me estaban matando enteramente.
Ella contestó que sí, que sigue por ahí con dos dedos amor, y que novea cómo se lo montan los selyúcidas, quién lo iba a decir.
Yo le dije pero no te me vayas del tema: te dije que el primo segundo de Atatürk (comprobar) me daba mala espina desde que me pilló mirándole el culo a su hija más chica, y el otro día ya me pasó la factura.
Qué me dices, me dijo suspirando entrecortada.
Pues estaba yo el otro día en el carril de Huertas Viejas central y me veo a lo lejos unos veinticinco o treinta jinetes que venían a por mí a toa hostia en formación de vértice, le dije.
E-eso es chungo, me dijo un poco acelerada, y abriendo un poco más las piernas añadía ¿per-ocómo ss-habías que ve-enían a por ti?
Yo me removí un poco, porque se me estaba quedando muerto el otro brazo, y le dije joder, porque no había nadie más en el carril, y con lo que que cuesta mantenerlos, a ver si te crees que van a movilizar para nada a una patrulla de la caballería ligera de Atatürk (comprobar).
Ya, dijo todo seguido.
Y las lanzas de dos metros de fresno dulce apuntándome. Y caballos de batalla, con los ijares espumosos como los de antes. No te puedes ni imaginar cómo corren esos tíos.
Y tú qué hiciste, decía ella, tensando el cuello hacia atrás, exhalando vocales incomprensibles con los ojos cerrados.
Pues ya ves, le contesté besándola en el costado, grité con todas mis fuerzas traed de inmediato mis pantalones marrones de combate, pero mi tripulación había huido miserablemente.
Ay sí, sigue girándolos así, des-desde luego que lo único bueno de la adversidad es que sabes quién está de tu lado.
Desde luego, le dije, pero eso no es lo principal.
No, pues dime (y apretaba con las manos la sábana bajera).
¿Te acuerdas tú de la mancha de caramelo líquido y cemento cola que me hice en la camisa de punto crudo, que decíamos que se parecía a un archeoptérix, y que no se quitaba ni aunque la frotara a mano con volvone (comprobar)?
Sí. Sí. Sí que me acuerdo, decía ella ahuecando la espalda, cómo arruinaste aquella camisa por cabezón. Te dije que no debías habértela llevado al curro.
Bueno, pues resulta que cuando la caballería ligera venía como a unos cien metros, la mancha se me desprende de la camisa y se cae al suelo, le digo.
Pero qué m-me dices.
No sólo eso. Me agacho un poco y veo que la mancha se está moviendo. Me acerco más y veo que es una especie de zarigüeya u otro animal pequeño marsupial que no tengo ni idea de cómo se escribe, le digo, con los dos dedos batiéndole por dentro, como un amoroso submarinista.
N-no me jodas.
Te lo juro. El suelo estaba temblando por los cascos de los caballos que se acercan, y en la arena, que vibra siniestramente, veo cómo otras manchas más pequeñas empezaban a moverse.
Ah-ahay mivida, dijo abriéndome los ojos incrédulamente.
Como te lo digo: se había puesto a parir. Figúrate. Como cinco o seis zarigüeyas más, u otras cinco o seis crías de otro animal pequeño marsupial que no tengo ni idea de cómo escribir.
Di-iiossss, y qué hiciste.
Pues tenía miedo de que me mordieran o algo así, por el natural instinto de conservación, así que les iba soplando para molestarlas.
Para molestarlas. Ay dame un beso.
Para molestarlas (ella se quedaba derramada, como una jadeante tormenta que se desvanece) Sólo pensaba en apartarlas del camino, le dije, que no las pisoteara la caballería ligera de Atatürk (comprobar). No sabes la angustia.
Ah-ay la angustia, ay. Contigo no hay quien se crea nada.
Y lo dijo así, como sin expresión, porque nunca hemos estado lo que se dice enamorados, y porque los signos de exclamación no se veían en la espesura.
Jag.
12_9_19


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NOCHE DEL DOMINGO


No creer en nada
se me queda en nada
cada vez
que de vez en cuando
sonríes brevemente.
Jag.
8_9_19


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Porque te amo,


me voy a callar.
Para que así escuches
y sepas si te gusta
la música de todo lo demás.
Jag.
10_9_19


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ESTE SÁBADO


Ya estoy acostado.
Se me han gastado las cosas de verano.
Nada tiene sentido.
No voy a olvidarte nunca.
Jag.
8_9_19


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ME VAS A ACABAR QUERIENDO


Que sí. Que todo es muy lindo y está lleno de posibilidades y la puerta que se cierra y las siete u ocho que se abren y todo eso, pero he salido a pasear al campo y se me espastiza lo malevo y se me colapsa lo bucólico, tú.
Yo sé que soy lo que doy, y que la vida no vale un suspiro si no te pones en el mundo con la bandera de tu aliento, pero ya ves qué atravesado que he salido. Es salir al campo y tener como más tiempo para pensar desde las tripas en tanto que me falta, mayormente, más que nada. Decirte primero que leí en un libro hace tiempo que cuando llegas a una certeza no es porque hayas acorralado al razonamiento último, sino porque estás cansada y cansado y te dices pues esta es mi verdad a la que me agarro. Así que ya ves, como para montar negocios con la gente promedio, me digo, circunspecto. Decirte segundo que cuando ya no tenía remedio la cosa, he visto que tenía un par de esas mandíbulas afiladas que no paran de moverse que me ponen de los nervios, menos mal que en clima templado suelen ser chiquitas, que si no. Decirte tercero, y esta es la buena, que cuando iba paseando por el campo he meado en una arqueta de hormigón destrozando la tela de una araña. Y qué. Supongo que desde cierta perspectiva es un acto desalmado, pero mis estudios me llevan a que no podemos dejar de observar la belleza sencilla de esas gotitas doradas manteniéndose temblorosas antes de caer en aquel rincón olvidado. Lo he dejado todo perdido, es cierto, pero no he tenido tiempo ni alma de una mayor consideración, y qué pasa. No ha sido tanto, aunque no ha sido sólo eso. También he destrozado a dentelladas un árbol, porque he visto que tenía tiempo, y he puesto a un niño esclavo a hacerlo celulosa que se han llevado a otro lugar remoto de economía más conveniente, para que después de dos o tres pasos infames, salvando salvajemente las distancias, acabe convertido en esta libreta que me han cobrado a precio de oro para escribir todo. Y qué pasa. Tú ya sabes que al mundo se la suda la araña de la lluvia dorada y la extraña poesía que podamos sacar de todo eso. Yo voy a seguir adelante. El hijo de un alto ejecutivo de la construcción de mi pueblo me dijo que siempre me estoy quejando, y le dije que es verdad con la mejor de las sonrisas que tenía en ese momento. Bueno, le dije que es cierto, para ser más exacto, y no quise extenderme, y dejé educadamente los nervios para hacerlos estallar en la intimidad. Yo tengo que seguir adelante, y ni me va ni me importa, como decía una cerda jabalina que tuve por jefa tres meses puesta de coca desde las seis de la mañana, eh? Voy a seguir adelante porque no es tan sencillo otorgar carta de naturaleza a que los puestos que tienen un interruptor para encender la luz de la gente estén malversados y regalados a ineptos familiares del partido. Yo voy a seguir adelante porque así le va al país y eso no puede ser. Así que a ver si entro en el negocio de los libros que no importan a nadie, que asolen para mí dos o tres hectáreas de retoño caducifolio de crecimiento rápido y me metan en alguna imbécil política cultural. A ver si entre todos llenamos de una rara espuma la desembocadura de los ríos. Que salgan unos pájaros bien chungos que se carguen el delicado equilibrio trófico y se les quiten las ganas de hacerle a les poetes. De todos modos, aquí estamos ardiendo miserablemente, casi saliendo de los calores y pendientes de la política de pactos, a ver si algún pezón se emociona conmigo, con lo que soy, o con lo que supongo, da igual. Ya verás tú cómo al final, mientras todo esto se resuelve, vas a saber que no soy tan malo, que no soy el que más va a ayudar a que todo esto se siga hundiendo. De entrada, tú también se la estás chupando a Google. Lo que pasa es que tú de estas cosas no quieres darte cuenta.
Jag.
6_9_19


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EL NUEVO DÍA


No perdáis
de los labios el silbo
de la dulce cancioncilla.
Jag.
2_9_19


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ME DIJISTE PARA QUÉ ES LA VIDA


Pues esta noche he soñado que por fin te obedecía.
Que te acomodabas entre mi brazo y mi pecho, hasta hacerme notar en la mano descuidada, cómo tu perdón latía por mí, bajo tu blusa.
Jag.
4_9_19


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TOUCH


Al final, no voy a incluir el relato de lo que quiera que fuese a hacer al campo. No quiero que esto acabe haciéndosenos demasiado largo. Sí. Sí, olvida. Olvida todo aquello. Concéntrate un poco en mí, y piensa en tu toque. En el toque que tienes conmigo. Apuesto a que no es así con otra gente, ¿verdad? Tu toque profundo, inimitable. Cálido e hiriente. Ingenuo y refrescante muchas veces. Tu toque romo, sólido, puntual y perseverante, cuando quiere. Ven, no puedes permitirte negármelo. Ya todo se precipita y sigo sin tener una noción clara de a qué pertenezco. Pero tu toque. Tu calor eléctrico que me atraviesa la piel cuando me miras. Como una hebra de pita descuidada que me ha clavado milagrosamente el viento de la llanura. Tu toque. Tu veneno ineludible por el que vomito de deseo cuando estoy solo y a oscuras. Sí. Ven. Olvida. Olvida todo aquello y dámelo. Tú sabes que nada te ha hecho tan grande como cuando me lo has dado. A ver si me entiendes. No es que se trate de que yo sea quien te haga valer, no. No se trata de que acabes pensando que yo sea tu detonador o whatever. Eso no es importante. Sé que nunca ayudaré a que tengas la certeza de que yo sea un buen hombre, un buen compañero, incluso un buen padre. No. No hay una señal que ayude a que confíes en mi palabra. Lo comprendo. Tan sólo piensa un momento en lo vacío que es todo. Piensa lentamente como el agua de tu bañera tibia, marchándose para siempre por el sumidero cuando ya por fin te sientes limpia. Mi corazón es madera barata barnizada de roble a conciencia. Pero no soy un decorado. No soy un farsante. Mira cómo crezco cuando tú me miras, y mira quién eres cuando sabes eso. No me digas que lo habías pasado por alto. Y ve más allá. No todo lo que está más allá de ti se puede ver mirando por la ventana. Mira cuánto me importa que veas quién eres cuando sabes quién soy porque tú me miras. Cuando estoy solo y callado, y sé ésto, me importa quién soy antes y después de que tú me mires, aunque siempre llega el momento en que sé que eso es secundario, y todo se proyecta en crecer, en saber que tú entiendes quién eres después de saber quién soy porque estás en mi mundo y me miras. Quiero decir: saber que sabes en qué me convierto siempre que me miras. Y por tanto: sé realista y mira cuánto eres cuando yo te miro. Confía en eso. Piénsalo lentamente. Sabrás que no es justo que des la espalda a las cumbres de tu grandeza. Dame tu toque. Sabes que no puedes permitirte negármelo.
Jag.
29_8_19


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ADÓNDE VOY YO CON LA HIJITA DE ALGÚN CABRÓN QUE SE HA HECHO A SÍ MISMO


Me avergüenzo algunas veces de los sueños que tuve.
Con una exactitud dolorosa, la mediocridad se impone, lo normal se cumple, y mi negra expectación se confirma.
Escribo porque no tengo nada que ganar.
Jag.
25_8_19


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UN GRAN RESULTADO


Sabes que es importante,
cuando prefieres
que falte a que sobre.
Jag.
28_8_19


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COUNTRY KILLER FOUR


Me lo digo ante el espejo, tío, le caes bien a la gente, mientras crece dentro de mi ese miedo abrumador que avanza, callejeando por las venas, buzoneando en los nervios.
El grito, la notita puntual de piano que dice que todo ha empezado hace un tiempo a estropearse del todo. La sed. El hambre elemental. El culillo de la vecina mientras viene a pasear ante mis narices sus perros. Esa cara oscura. Esos ojos morunos que sólo por aquí se encuentran. Los da el agua. Los da el pan. Los da los puentes, las fiestas, las voces en plena calle, las bragas arrugadas en mitad de un carril de los pinos. Los da la herencia, los da este tiempo espeso interminable, este para qué hacer nada si la vida es como es, ya tú ves, y ni espero ni desespero.
Ay ese andar crujientito cuando enfila por el carril sabiendo que la estoy mirando. Esa tranquilidad miope. Esa seguridad de caldito que la calienta al abrigo de la carroza de sus padres.
Ay suspiro. Ay llanto quebrado. Ay esperancillas antes de que el novio se deje la barriga. Ay cuánto te vas a parecer a tu madre sin saberlo.
No me mires más, que estoy crashing, country little woman.
Tú sabes que quiero morder, pero no que quiero escribir. Le abres las piernas a la vida y a mí sólo me importa no ayudar a que tu éxtasis se desvanezca. No preguntes y hazme caso. Tengo una edad parecida a la de los primos que están empezando a mirarte raro. No entiendes nada de esto, pero ay tu sabor. Ay tu presuntuosa seguridad. Tu ingenua soberbia de fibra jugosa, tensa y pujante. Ay tu pequeño veneno inconsciente.
No me mires más. No preguntes, que estoy crashing, country little woman.
Eres un tío atractivo, me digo ante el espejo, eres hermoso, mientras suena algún riff de guitarra soul. Eres una revolución para quienes se atrevan a sostenerte la mirada. Una solución. Una perdición, porque estás hecho de una carne que enamora, me digo ante el espejo.
No me mires más, y sigue tu camino, que me he hecho dos heridas en los dedos, y te miro y me relamo la ciencia ficción, y por nada de este mundo quiero estropearte la ensalada.
jag.
24_8_19


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Amo la paz


del momento
en que supe
que no volverás.
Jag.
23_8_19


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Mientras caes,


todo es paisaje.
Nacemos con dolor.
Nacemos muchas veces.
Jag.
22_8_19


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El amor envía


incendios regeneradores
a las débiles
conquistas de tu calma.
Jag.
20_8_19


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REVELACIÓN


Este poema
es para salvarte.
El anuncio comenzará en breve.
Jag.
21_8_19


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RESERVA


Yo sé que la calor
no será el elemento
que hará que veas
que nada de esto
tiene que ver
con que tú o yo
acabemos dando
el brazo a torcer.
Sé que apenas para ti
soy poco más que
un estertóreo ignorante
en el ministerio general
de los asuntos
de las entrañas. Apenas
una patética pesadez
de mancha mora
que no se quita.
Eres una mosquita
que lanza los ojos
apenas un roce
por encima del trigal,
fisgoneando el horizonte
seco y lamentable.
De ahí no te me mueves,
la saliva se te empasta
en la boca pura callada,
yo lo sé, y te mantienes
las manos
frágiles y tersas, los
pezones de oscuro
reconcentrado,
y me observas y
te he visto, y has visto
que yo he visto
que me ves, mas
qué puedes hacer
sino quedarte quieta
de vergüenza enmudecida
como un fino y sucio
lienzo de lino blanco,
hecho de yeso basto
rescatado por lástima
de una iglesuela
ridícula que arde
herida en sus costados.
Nada harás
hasta que te llegue
de verdad el invierno.
Ahora
no te moverás,
ni aunque todo
te esté doliendo,
que si te agachas
y te quitas
de mi vista del todo,
las yerbas
te van a pinchar
en la rajita.
Cuando te pase
algún tiempo,
o algún cambio
que no querías,
o tengas que
rendirte en algo
por una fuerza
que no comprendes,
vas a sacar tan triste
la lengua en mitad
de la nevada,
como si algo
te quedara
de chiquilla.
Entonces vas a
urdir planes
para un verano
que no va a llegar
más nunca.
Vas a saber
qué precioso
este tiempo
de ahora
que tú y yo
perdemos.
A veces me canso
de pensar
en lo que de mí
a ti te viene mejor.
De entre todo
lo que callo,
esto pensé
que sería
correcto
que supieras.
Y yo tenía que decírtelo.
Jag.
17_8_19

TE LO JURO POR DOS


No tengo gatos, no
tengo buena foto,
no puedo evitar sentir.
Y mangonear poemas,
posteos, noticias
con mis putas emociones,
me da vergüenza.
Jag.
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HONORES


Escribo,
estamos
atrapados
en esta vida.
Escribo, está
la maravilla
en fuga.
Construyo
un perfume,
barricada, escalón,
pocillo con mis manos.
Lo que prospera,
lo que muere
no debe
avanzar solo.
Abro al aire
mi despensa,
y escribo.
Hago los honores
a tu tiempo
y al mío.
Jag.
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Voy para siempre


a amarte.
Aunque se notará
en los pasos,
en la casa,
en los dientes.
Jag.
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A ti y a mi,


nos viene
decirnos
lo mismo
sin hablar.
Jag.
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SUDA


He dejado el camino de la congoja, y ya no voy a pedir nada a nadie. Es absurdo tomar en consideración lo que es, lo que hace, lo que opina la gente que me quiere. No voy a depender de nada de eso.
Una nube pasa vergonzosa, como sintiéndose de más en esta tarde de infierno. Te tengo dentro. Y ahí estás tú, obviando el tema de que aunque ya no te hablo de amor, te gusta que venga a regar esa parte tuya que se come.
Jag.
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EN LOS BACHES


esperas milagros
en vez de hacerlos.
Jag.
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MI CLAVO ARDIENDO




Esta fachada decrépita, en Poblenou, Barcelona, que ya sólo existe en google maps, está cargada de historias.

Un buen día, después de llevar año y medio trabajando en una empresa de seguridad en obra, y cuando me ofrecían renovar con un contrato indefinido como peón de categoría 9, vi claro dos cosas:

1_en un trabajo así no se consigue prosperar ni ahorrar para cambiar, y

2_no iba a salir de la crisis que me había llevado a aquel cambio, si no forzaba más cambios, así que me dije

Tengo que pedir el paro y decidir cómo va a ser todo esto a partir de ahora.

Parte del problema era que después de mi primer trabajo mosaico, "Las Manos de Dios. 2003"

http://jagmosaicos.blogspot.com/2010/06/las-manos-de-dios-2003.html

no estaban lloviendo los encargos, precisamente.

Me dije, retomo donde lo dejé antes de acabar en la obra (lo que pueda retomar). La verdad es que tenía por entregar un mosaico portátil que ya me estaban pagando a plazos, y me dije: hago ese trabajo, cumplo con mi clienta, hago más trabajos en esa línea, y lo presento todo en una exposición. Pero no tenía estudio, ay.

Después de varios días de paro, con sus noches en las que no pegaba ojo, me llegó un correo de la Xarxa d´intercanvi Vila de Grácia, en el que la gente de una casa okupa ofrecía espacios para proyectos artísticos.

Les escribí, y quedamos allí. Llevé las fotos del mosaico que ya tenía. Les conté mi problema y mi plan, y les pareció estupendo. Yo no sabía que acababa de ganar en una especie de casting. La ventana de la izquierda a pie de calle, en la foto, es la del que sería mi estudio de mosaico en Barcelona, desde 2005 hasta que nos desalojaron, hace unos cuatro años.

Todo eso está cargado de historias que me llenaron. Pero hoy sólo quiero hablar de aquel arranque. En mitad de la oscuridad y la incertidumbre, dije que iba a dar una especie de salto en el fango, y que iba a inventar mi propia convicción. Que yo mismo iba a ser mi luz, y que iba a hacer mi reino en este mundo.

Cumplí con mi encargo, que resultaría ser "El Gallo del Naranjo. 2006"

http://jagmosaicos.blogspot.com/2010/06/el-gallo-del-naranjo-2006.html

Hice el regalo de bodas para Rocío y Chani: "La Mecánica Celeste. 2006"

https://jagmosaicos.blogspot.com/2010/06/la-mecanica-celeste-2006.html

y de pura desesperación, hice una tercera pieza, para darle cuerpo a la exposición, y para ver si se vendía. Fue "El Clavo Ardiendo. 2006"

https://jagmosaicos.blogspot.com/2010/06/el-clavo-ardiendo-2006.html

La exposición, con estas tres obras, fue en la Cafetería Alameda, de Coín: "Mosaicos de José A. González", entre el 21 dic´06 y el 7 enero´07

"El Clavo..." se vendió en la misma expo.

Nada más. Lo que ha pasado es que mi amigo Ariel me cuenta que ha ido a esa calle a ver qué había pasado con la Kasa y con el mural, y se ha encontrado con que hay una vivienda nueva de tres plantas, y eso.

Me ha dado por pensar en el arranque que me llevó allí, hace todos estos años.

También he pensado que aunque nos relajemos y veamos como algo aburrida nuestra cotidianidad, la verdad es que siempre estamos conquistando nuestra forma de ser.

Jag.
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EL NIVEL


No es lo que tú haces.
Es lo que propicias en los demás
con lo que tú haces.
Jag.
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TODO


Todo es
más grande,
extenso, más
profundo, más allá
que lo que tenga en mente.

Jag.
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(PARA HUMO, 2)


Si la primera vez no viste libros en su casa, 
la segunda vez fue lujuria.
Jag.
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En la parte blanda


de dentro de mis huesos
acabo de comprobar
que tus ojos son posibles
me miran un segundo,
fugaz silenciosa llama.
Ahora, porque he pasado veloz
a mis quehaceres por delante
de tu cuerpo de tus manos de la piel
de tu voz callada, ya solo,
trabajosamente serenado,
en ahogo febril he pensado
yo te haré una ventana
en el aire de este mundo.
Una ventana que te sigue
en el aire de este mundo.
Invisible a otros ojos,
una ventana yo te haré,
en la que tan cerca
tan lejos cuando tú quieras
me verás mirándote asomado.
Jag.
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