31 de enero de 2022

LA VIDA ESTÁ SIENDO JUSTA Y MARAVILLOSA CONMIGO




Bueno, tengo esa edad que propicia, por lo visto, que lo más parecido a una influencer en mis veintis, acabe presentando Cine de Barrio. A quién le importa lo que yo etcétera. Por eso, todo lo que yo diga, en esta estúpida feria de día alérgica al razonamiento y al disenso, va a sonar boomer, hater, y qué sé yo más. Sí, el ritmo pausado me hace pensar de más. Sentir quizá que me sigo desfasando, cuando ya no me creo las cosas brillantes que me enseñan ahora los especuladores de la pujanza: los jóvenes y los productores que llevan y que traen a los jóvenes, para hacer con ellos unos sólidos márgenes y meandros con los que encauzar ríos y ríos de pasta. Uno como yo, se va sintiendo, ya desde hace, pues fuera de las tendencias, de la onda, del mercado, del merecimiento del amor y del aire que respira.
Esta tarde me he ido, por si acaso, por tener la experiencia plena, por hablar con su conocimiento, me he ido a youtube y me he escuchado por segunda vez a la Rigoberta, las Tanxus y ya bueno, con la que ha ganado pues la verdad, yo no he podido llegar al estribillo. Me ha dado como un regüeldo eléctrico por adentro de tolcuerpo y me he dicho: estás fuera. Fuera, no como los outsiders, fuera del fuera de la galaxia. Fuera del ni existes. Y yo ahí con to mi pena viejuna sabiendo que refugiarse en leer cosas antiguas iba a empeorarlo todo.
Pero sin ninguna ciencia ni recomienda, después me he acabado poniendo a ver "Annette" de Leos Carax así en el móvil. Ahora mismo llevo veinte minutos y lo he puesto en pausa para escribir esto.
Y ya ahora sí, ahí ya me sale del todo el sentido aquello de a quién le importa lo que yo diga. Si después de todo este tiempo de ir acumulando culpa por bajarme de las marchas con el Acid, y llegar hasta hoy pensando que soy un fueraparte sin esperanza, si acumular todo eso, me pone hoy en la embocadura de "Annette" de Leos Carax, pues eso me parece que se llama sincronicidad o algo así, pero lo que sí, es que la vida en este momento sí está siendo justa y maravillosa conmigo.
Jag.
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INCLUSIVOS

 Puestos a ser inclusivos con las minorías, favoreced espacios para gente que piensa por sí misma.

Estoy harto, estoy


lleno de vida.
Soy por eso un misterio,
la envidia insomne
de quienes sonríen cuando,
con voz alta, temblorosa,
entrecortada, reconozco,
admito, sobreviviendo,
mi derrota.
Jag.
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AL FIN POR POCO


Quiero estar todo el tiempo dando a entender que lo sé, que lo llevo, que lo tengo y lo siento, estar todo el tiempo dando a entender que estoy preparando el espacio, el lugar, el momento, pero no dejar nunca claro dónde habrá ese espacio, dónde va a ser el lugar, y cuándo va a ser el momento de decir lo que sé, lo que llevo, lo que tengo y lo que siento.
Quiero eso, y no que de pronto lo diga y ya se acabe todo ese prepararnos para que pueda decirlo en su momento emocionado, tan profundo, atinado, pertinente y perfecto.
Creo que nunca voy a decirlo, porque no quiero que se nos acabe ese estar siempre ocupados en embellecer todo, porque sabemos que va a pasar algo bueno.
Jag.
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MALOLOR ALEGRÍA


La vida es una carga pesada de desamor cuando te ves obligado a dejar una ciudad en la que habías elegido vivir, para acabar viviendo en otra a la que llegas empujado por las circunstancias.
Es desamor de ti cuando se pierde tu porqué, cuando se le mantiene cerrada la boca a lo que elegiste. Todo es pesado y sin sentido, cuando tienes nuevamente delante todo el inútil y torpe batallar que dejaste atrás cuando decidiste caminar hacia delante.
No es consuelo que haya algo por aprender en los pasos atrás a los que te fuerza la vida.
La vida. ¿Eso qué es, fuera de tu aspirar y decidir y asumir y hacer? No es nada, la vida, fuera de eso.
Conformarse. Adaptarse. Como las ramas del árbol, que adoptan la dirección de las ventiscas. Dicen que eso es lo sabio. Pero a la mierda la sabiduría de las formas y las maneras que estén hechas de espaldas a lo que yo amo.
No puedo sentir más que desamor de mí, en estas deformaciones y adaptaciones que esta vida estúpida me impone.
Es desamor hacer mundos para los demás si estoy de espaldas a mi.
Estoy desperdiciado.
Soy un sol cabeza de alfiler, luz y calor clavados a la fuerza en un firmamento equivocado.
Jag.
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COMO UN POLEN DESPRENDIDO


Qué debería poner de mí de bueno de amable señalado, de limpio cuidadoso, de cauce atropellado de sucio impenitente, pertinente emocionado en este poema de ahora, para que en el día futuro que no tienes dibujado, cuando pereza o apatía, euforia o desengaño, plenitud, dolor, ansia u agonía te tengan de ti descentrada, de ti absorta y asolada, y de pronto respires y caigas en la cuenta de los días como hoy en que sobrevienen sin explicación la hermosura y el sentido, la tensión el azogue de vivir querida por la vida, y te sepas dadora creadora de tanto gozo, te sepas casa y acequia, extensión luminosa y canción del crecer de las yerbas y animales del campo, y que lo sepas tú, y que no te acuerdes, y quede salido de plano, y que ni lo sepa yo mismo ni nadie me lo diga, y que el poema de ahora mismo haya ayudado.
Jag.
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15 de enero de 2022

Me acaban de decir en la tienda:



-No nos queda amor. Lo tenemos pedido.


Voy por la calle fría andando despacio. Creo que voy a tener que pensar en qué puedo ocupar las tardes.


Jag.

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Es fugaz ese momento

Es fugaz ese momento en que me siento querido por la vida. En una punta de alfiler, una casa vestida de siempre, con un cielo grande arropando un campo de aguanta, en el que respiran flores de sigue, enmedio de mares yerbas de todavía.


Jag.

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9 de enero de 2022

NO VOY A HACER POR CONSTRUIR NI DERRIBARTE ESPERANZAS

 


Emm, bueno, ya sabes que todo siempre apresurado, como que se acaba, como que se escapa, que se desdibuja hasta dejarnos el cuerpo con la sensación de que nunca había sido ni estado ahí realmente. Yo lo dejo caer así, como blando y aparatoso, como temblando la mano que lleva el plato de los espaguetis, y todo cae tragicómico sin ruido levemente humeante. Yo no sé hacerlo bien, me parece. O es que no lo tengo todo puesto en el sitio, en cuanto al alma, a la viabilidad de mi espíritu, me refiero. Verás, yo sé que aún es pronto para bajar los brazos así de lastimosamente, que todavía tendrán que venir tiempos en los que seguramente mi fiabilidad, mi consistencia serán parcas, frías y humildes como las de las simples piedras. Que todo va a empeorar, seguramente, estoy queriendo decir. Esos tiempos que aún no han llegado, vendrán con esa dura certeza honesta, y sólo entonces me quedaré sin margen de seguir pidiendo un lugar decente en el mundo. Pero qué puedo decirte desde mi hermoso fango maltratado. Estoy en algo más que un tiempo en que no entiendo la holgura de ese margen. Ya ahora mismo me entiendo como esa piedra que sirve más bien poco. Quizá a la simple fuerza de la gravedad, a la violencia más tonta y más primaria, y a poco más. Yo imagino que nunca voy a oler contigo un pan que hayamos amasado y que tenemos que sacar del horno. Soy esa piedra con esos escasos márgenes de mejora por lo que de malo o de lógico aún no haya ocurrido. Soy esa piedra que da para más bien poco, y que además tampoco puede confundirse con una piedra interesante que llevas contigo. Es más, tampoco soy una dura piedra consistente a la que confiarle un lugar en el pilar de una casa en la que puedas cuidar y resguardar y esperanzarte con tus hijos. Soy una piedra pequeña, sucia y gris con agujeros en su cuerpo. Quizá lo más emocionante que pueda darte sea la posibilidad de que cierres un ojo y te construyas la ilusión de que vas a encontrar un nuevo mundo mirando por mi agujero a mi través. Ya ves qué pobre aventura. Ya ves qué corto el gozo en esta ridícula expectación. Encima te vengo como un mago barato, con esa premura de que todo siempre apresurado, como que se acaba, como que se escapa, que se desdibuja, todo vaho en el cristal cuando me miras en el páramo desde tu lugar de refugio y resguardo, todo charco que se está secando de manera imperceptible. Lo mío siempre está de la mano de un hambre voraz, soberbia y ofensiva, sin etiqueta, sin paladar, sin cuenta, sin epopeya, sin adorno, sin paciencia. Puedes haber entendido los más distinguidos sabores, puedes querer esperar y construir los más dignos manjares para levantar el palacio único de tu alma y de tu cuerpo en este tiempo que te han dado y que se acabará en su momento, puedes todo eso, pero cuando se está hablando de hambre verdadera, parece que la vida está en peligro de acabarse ahora mismo, y te lanzas a devorar ballenas varadas descompuestas, con panes chiclosos y vinos rancios, manidos frutos de la Tierra que abandonan su tiempo de pujanza. Uno abre su agujero así, y así se ofrece, apenas para que mires a mi través y que tú te imagines el mundo que quieras, que yo no voy a hacer por construir ni derribarte esperanzas. Tan sólo así, tan desmadejado y tan blando y tan patético uno se deja caer en la idea de protagonizarte un suspiro de milagro. Tan sólo así, tan ingenuo, uno se hace la fofa convicción de que antes de que todo esto se desintegre, uno mismo también merece amor de alguien como tú. 


Jag.

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8 de enero de 2022

PEQUEÑA LECTURA MANICURA

 


Apenas ella se reacomoda en una silla, señala algo a alguien, acaso me nombra, quién me dice que no sea acaso una emoción inapreciable, modulado mínimo cambio en la voz cuando hay palabra de mí o de algo de mí, si acaso algo que sin vida, sin vuelo, se sostiene inocente, abandonado en el aire de una dejada conversa, apenas acaso algo así y ya un mínimo sugerir de algo indescriptible, a mí por todo dentro me arrebata, ya un poco, ya un suficiente se me hace un todo por su algo de ella, ahí de mí tan apartado, tan de pronto tan seguro en un repente: ese poco suficiente tan mínimo de mí que está en ella proclamando que eso que no tiene palabras para decir, son algo de mí y de ella a la vez, que en un suspiro apenas vive y se sostiene. 


Y entonces yo me digo tan claro que yo veo que no lo he dejado todo del todo. 


Yo me digo que todo esto de uno mismo con ella en el idioma secreto de la saliva dulce del aire impaciente inacabado, yo me digo que algo de todo eso es bastante más que un recuerdo de algo hermoso que a uno se le va perdiendo poco a poco. 


Por lo menos a mí me lo parece, vaya. 


Jag.

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PARA ENTRAR A VIVIR



Inocente y perro a estrenar. Sucio amplio luminoso para entrar a vivir. Arrogante como todos los apestados. Despectivo como todos los que atesoran una llama propia que nadie entiende. Alguien con quien dormir abrazado para aprender bien la vida. Zona verde, colegio, hospital, corazón en calle peatonal. Soy yo mi casa adonde vaya. Soy yo mi prado y mi ventana. Mi caballo amanecer la puerta abierta a algo salvaje y desolado, árbol mío de celo de calor dichoso, de pájaro de amor que vuela por el mundo. No tengo un cuerno en mitad de la frente que justifique estupidez o desprecio y sin embargo. No me pinté signos raros con sangre en la cara ni en el pecho y sin embargo. Ni vela negra ni dibujos puercos de tiza blanca por los suelos. Vuestras niñas me corren con ansia y con miedo, vuestros hombres me buscan con vasos de vino y ramas de fuego. En la calle, en los bares, las plazas sucias. Vienen a hablarme de monedas que no quiero, vienen con grandes epopeyas que me hacen reír de impaciencia. Porque brillos falsos. Porque emoción falaz equivocada. Y héroes tontos amores mendaces. Mi sonrisa es gratis. Mi alegría es cara. Mi pregunta ardiente. Mi amor una atmósfera que se escapa a llenarlo todo. Mi compañía un animal esquivo de canto maravilloso, de pelaje raro de seda y de espina, y de garra, caricia y dentellada. Todo siempre tan aquí y sin embargo. Todo siempre como sabes tan difícil. Y te busco cada día, cuando abro los ojos y sin embargo. Aquí tan remoto tan distante, tierno, áspero, guárdate tus esperanzas, a tus pies todo tuyo.


Jag.

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DEJADO INTENTO



Tan sólo me pierdo cansado. 


Dejo abierta cada noche la ventana, y algunas veces sueño con ellas y contigo. Los besos son blandos, maternales carnosos. 


Me digo deja helado el dolor y ponle amor en todos los agujeros al mundo.


Tan sólo me sueño llegando a mi casa que no conozco, y ya veo que estoy perdiendo el ritmo.


Te abrazo, te bebo y mastico hasta que gritas de caliente de abrazo de lento enmudecido.


Dejo abierta cada noche la ventana, y me digo me duermo te sueño, y esas cosas que a cada momento me hacen hombre y que no van a ningún sitio.


Jag.

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Tengo que irme ya.

Tengo que irme ya.


Debo responderme 

esta pregunta.


Jag.

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YO REHUSO

 Así en abierto yo rehuso 

la juntera de la gente que se aúpa 

de la hondura de su valle

rellenando arteramente

con lo que de sus cumbres

arrancaron lo que

pensaron decidieron 

que sobraba de incierto 

de alejado

de vértigo

de cansado.


Jag.

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 Sin alma para imaginar en solo,

sin aire para nadar en seco,

todo lo de pensarte

lo disfrazo de espalda

y se lo doy al sueño.


Jag.

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 Dónde estás, abrazarte

es lo único que me importa. 


Jag.

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ROUGH ENOUGH



Al león le dijeron la tierra es redonda y a caminarla se puso. 


Le dijeron y le pareció que el mundo estaba todo para darse y para todo ofrecerse, y el león se daba se ofrecía con todas sus cosas de león. 


La tierra es redonda y todo su orbe resonaba mecanografía de sus garras en todo lo que caminó. 


Le dijeron al león la vida es noche cerrada, y sólo cada uno pone su luz. 


Se supo la luz del mundo, y el león por dentro se iluminaba. 


El sitio la verdad se veía frío y oscuro, un suelo simple y plano que deja ver apenas el paso hacia la negrura de todo alrededor. 


Pero calor del corazón de un león: intuía puertas a otro sitio, y caminó caminaba, aunque el verbo se cansaba. 


Le dijeron al león eres milagro y ronroneó un rugido de gozo, y puso de sí cuanto tenía de sorpresa, de empuje y comprensión. 


Pero el pan se quedó en lo que era y estaba, y el número de peces pues la verdad no aumentó. 


Se guardó el león la fiereza aunque todo le pareció violento: el mundo gira con tu avance hacia una puerta de nunca que está en ninguna parte, alimentas tú solo tu alma, cargando tu equipaje de incierto hacia una promesa de oscuro. 


El león camina felino haciendo girar una bola inmensa de ratón. Ansia y sonrisa en sus fauces, pues sin fe y sin ciencia sabe que algo lejano está moviendo su paso, y eso distingue a la tierra firme y dura del agua mudable del mar y de los ríos. 


Camina el león, y nadie se le presenta al paso, y no regresa eco de su rugido cansado, pero sigue con indomable aliento. 


Haciendo girar la bola, en el extremo invisible de su cola, quién sabe quién estará dándole al botón, abriendo una ventana o un corazón a un mundo inadvertido.


Jag.

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