27 de noviembre de 2014

ESTADO

He hecho unas lentejas veganas como para que la mujer a la que amo me confiase las cumbres y simas de su mundo emocional. Al mismo tiempo:

  1. he dibujado una carpa japonesa al pastel, en un papel kraft de 100 x 70 cm.,
  2. he escuchado un disco de Vetusta Morla y otro de Sexy Sadie,
  3. he ido andando al estudio, por la playa, me ha llovido,
  4. he cuidado una excitante línea de trabajo a distancia, en la biblioteca de Poblenou,
  5. he vuelto andando del estudio, por la playa, me ha dado el sol.

Evaluación y cuestiones mejorables:

  1. La mujer a la que amo sigue sin dar señales de estar loquita por mis huesos,
  2. la carpa hubiera quedado mejor en un papel Fabriano de tono ocre/pan, seguramente, y
  3. debería haber pelado los tomates. En fin.

Son las 14,40 horas, y estoy comiendo con el final del “Butterflies“.

Creo que he hecho algunas cosas que ayudan a que el Amor avance.




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26 de noviembre de 2014

AMOR DIGITAL

Una pequeña puntualización, no te me vayas
a ir por los cerros de Úbeda, ni me salgas
por la vía de Tarifa:

El Amor Digital sigue siendo la sucesión continuada de
inspira y expira, inspira y expira, y así. Lo digo por si
confundes esto con el alegre cambiar del
me gusta al ya no me gusta.

Puedes sentirte, corazón,
a salvo en tu perfil, mas
el Amor Digital sigue mirándote de frente.

No importa que
lo nuestro vaya como el tren de San Fernando.

Que sepas que,
como el de carne y hueso,
el Amor Digital es sin red.

Y salga el sol por Antequera.




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15 de noviembre de 2014

ENAMORAMIENTO / AMOR.

El enamoramiento se infla hasta un punto máximo y luego se desinfla.
El amor inspira y expira, inspira y expira...

El enamoramiento es invasivo y seductor. Es decir, ocupa sin permiso y engaña, si es preciso, para conseguir sus fines. Se hace su tiempo, su lugar. Impone sus condiciones.
El amor es dialogante y comprensivo. Es decir, habla y escucha con honestidad, negociando su tiempo y lugar.

El enamoramiento es egoísta e impaciente.
El amor es desprendido y paciente.

El enamoramiento es un listillo prepotente que pasa por encima de los detalles.
El amor es un ignorante, consciente de que todo son detalles.

El enamoramiento es soberbio.
El amor es humilde.

El enamoramiento es un estar.
El amor es un ser.




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14 de noviembre de 2014

ERES MÁS

Miro lo que haces de mi,
lo que eres en mi, y te abrazo
en una especie de hueca,
vacía serenidad.

Y te echo menos
de menos.




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13 de noviembre de 2014

RINCÓN

Ya sabrás a éstas alturas
que soy un tío simple sin trucos, sin atajos, que
soy un hombre de piedra roída madera desgastada,
sin smartphone,
sin aplicaciones para ahorrarse las distancias,
para salvar las faltas de la carne, los escalones del deseo
sabrás, a tu manera,
que no entiendo muchas tonterías,
que soy de norma leal, incluso rígida,
a pesar de saber que vivir es un juego. Mas
permíteme abrigar dudas acerca
de la capacidad de tus antenas para
comprender, para aventar siquiera
lo absurdo de la soledad que me trae
nuestro apartarnos.

Y digo nuestro y me salta
una risa trágica, un cosquilleo estúpido y una
mueca de desamparo ante la ineludible certeza
de que no estoy preparado para la vida moderna:
sigo ofreciendo el pecho ante atisbos de lo descarnado,
abrigado apenas con caducada honestidad, trasnochada gallardía,
valores rescatados de libros polvorientos y
emociones en desuso. Así, ya ves,
no me encuentro con fuerzas para pedir
a tu sofisticada naturalidad, a tu chispeante sencillez,
que me entienda, que me vea,
que me toque al descuido ni me roce, siquiera,
no puedo, por ello, entonces, esperar de ti
que cuides los intereses que se te marchitan,
que riegues las curiosidades que se te desvanecen.
No puedo esperar de ti el oído ni el corazón,
no puedo esperar de ti el aliento el cuidado,
la carga compartida ni la construcción,
habida cuenta de las electricidades de tu orgullo,
y del amable distraerse de las neuronas de tu piel.

Así, me quedo como tonto, pensando
que mis círculos empiezan y acaban en mi,
con sus bollos imperfectos, sus temblores,
sus titubeos y excepcionales trazos seguros. Ya ves
qué puta tonta esperanza tengo de que
algún día me entiendas,
me compartas una verdad, siquiera.
Así, sin más, me acomodo en
mi rincón inaccesible
a inapetentes y hastiados. Ése rincón que todas
las casas tenemos,
el rincón en que por mucho que pasas
la mopa el trapo el cepillo,
pues siempre hay algo de mierda. Te quedarás,
seguramente, sin saber cuántas veces
he tenido que venir,
atravesando la ciudad,
sorteando la felicidad de la gente, sus comidas
sin hambre, sus brindis sin alegría plena,
cuántas veces he tenido que esquivar ese dolor
de las cosas que querían ser algo y acabaron
conformadas, sucias, envenenadas por tantas cosas
que no querían ser nada:
esas cosas de risa vacía,
cáscaras de amor de plástico, de amistad
de la nevera, del microondas, tantas, tantas
falsedades dejadeces, encubrimientos, conformismos,
tantas cosas a las que les venía grande lo puro,
lo honesto, lo sencillo, lo de frente,
lo no redactado, lo no corregido. He tenido tantas,
tantas veces dando vueltas en la boca del entendimiento
esa bola de carne amarga del tonto
aparato argumental del
perdona pero te dije, del dame un beso
pero ap-parta tus sucios pies de mi camino, del
dame un abrazo fraterno y vete a dormir a tu casa, he tenido
tantas veces que decir
lo que quiero pero no puedo,
lo que daría por ti si algún día te sirvieran
los humildes brotes de mi campo calcinado, las piedras
de los suspiros que te tengo proyectados, porque
tú estás, pero no me ocupas
porque vienes y te olvidas
me tienes y descuidas
los gestos las maneras elementales
de ese amor que yo entiendo,
ese pequeño animal que con furor constructivo,
roe regenerando, pacientemente y altivo,
las entrañas del mundo. Tantas
y tantas veces, te digo,
he tenido que levantar el ánimo desde los pies e inventarme
ríos claros torrentes tranquilos en los que navega
mi alma maltratada,
experto en vientos frescos cielos limpios dibujados
en noches de generosa duermevela para ti,
para que te lleguen al sitio donde
haya querido Dios que dejes los zapatos antes de acostarte,
para ti, para que después de descansar o acelerarte,
después de dormir, resollar, leer por placer,
chatear, carcajearte, despiertes con tus pajaritos rondándote
y empieces, con las claras del día
a meter mano en tu sociedad limitada. Y que te dé el solecito
en los rizos dorados en mitad de tus quehaceres,
y que te llegue y entiendas mi amor que te sobra
apenas como un vientecillo prescindible
que te alborota las plumas
que te distrae la cresta y trempa los pezones.

Y ya, ya está bien de mis patéticas razones,
que me eternizan en este estúpido desconsuelo.
Ya está bien de dejar abierta la puerta
del corral de las barbaridades, ya está bien
de suspirar por tus fuegos
que se me extinguen, por tus mercedes tempranas
que tanto he infusionado, que ya apenas me saben
a recuerdo infantiloide a efluvio que se disipa a escurridura
de lo que fue de lo que he imaginado
de lo que vendrá de lo que se te escapó
de lo que yo tenía en mi corazón equivocado.

Ay, si yo fuera el verdadero capitán
de mi nave que se hunde.
Ay, si yo fuera algo más que este zumo inútil
de banana seca al sol plano.
Ya levantaría yo la barbilla y le echaría un ojo
una mano firme a mi rumbo perdido
a mi deseo que se muerde la lengua
a la inteligencia de mi sentir gástrico.

Mientras tanto, te tengo que olvidar y refugiarme
de esta lluvia torrencial de NADA que nuestra amistad ha rescatado,
tengo que componer mis ropas mis sonrisas
y adecentarme el decorado,
meter en vereda mis valores mis alientos
y conformar en lo que pueda mi vida descuadernada.
Guardar mis salivas para mejores tiempos
contener mis letras para cantos más acertados,
domar mis prisas, enjaezar mis anhelos
y volver,
volver a la senda lógica al camino recto
mantener buena cara mientras la alegría se desmorona,
salir al mundo y diluirme en este fluido insípido adocenado,
olvidarme y conseguir que cada vez se te vea menos
en mi cara,
que la gente mire y entienda
que tú y yo somos como astros imprescindibles
en el mundo civilizado,
que nos vean guapos, estrellas rutilantes
que hemos superado culpas lamentos
equivocaciones herrumbres y colapsos,
que hemos pasado un tiempo de silencios a voces
miradas elusivas y sobreentendidas incomprensiones,
que la gente nos vea libres e infinitos,
cada uno en su universo parcelado.

Así avanza la vida normal.

Y ya está, niña, me voy a la calle,
más normalito aburrido y civilizado,
metido en cintura, como quien dice,
menos ruidoso y exigente,
en la plenitud de un pura sangre capado,
atravieso la ciudad buscando bibliotecas distantes,
ratos de sol, rachas de viento imparcial,
y cansarme y vaciar la mente y llenar el tiempo,
antes de la noche,
cruzar la ciudad buscando mi rincón,
el contenedor de todas esas cosas que nos sobran,
cruzar la ciudad y aparecer al otro lado
de tu frialdad, de tu vida que no me mira,
de mi aburrimiento sosegado,
y sí, llegar aquí, cansado, pesaroso e intacto,
componer un número mágico, espantar
en lo posible la voracidad de los mosquitos
la descorazonadora pujanza del desaliento,
y sentarme sin más a pensar
qué coño puedo hacer yo solo con lo que te amo.

Acaso encender una candela, golpear con los pies el suelo,
dar un salto vagamente mortal, preparar
conjuros infalibles, dibujar señales de nuestra difícil armonía
y ensayarme callado.

Así, con un rumbo más lógico, más estúpido,
mantenerme a salvo de todas esas veces
que me vi amándote en seco,
y atravesar mis rincones sucios,
superar tanto porque sí, y por tu no,
saltar al otro lado de las razones que no ubico,
y encontrarme sentado en una recachita,
libre al fin de mis caducas propuestas,
de mis tontas conclusiones y en mi cara,
cada vez menos mar y más río,
cada vez menos lo que quiero y más lo que es,
y acercarme en armonía, en una medida real,
al perdón, a la indiferencia natural,
al invierno que avanza, al precipicio que espera.

A la cordialidad o a la letra pequeña de la cortesía.




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12 de noviembre de 2014

LO QUE SIENTES

está pervertido,
lo que dices lo está traicionando,
lo que escribes lo decepciona.




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8 de noviembre de 2014

¿EXISTE

la posibilidad
de que te gustara venir conmigo a un lugar
en el que yo pudiera oírte respirar?




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LOS LAZOS

de nuestros afectos hay que revisarlos cada día. Siempre es buena la hora de mirarlos de cerca, ver si se mantienen apretados o si se empiezan a relajar, desanudándose. Es bueno que nos planteemos cada día si queremos mantener esos nudos, que son acuerdos, o dejar que se vayan soltando.

En un momento presente, actualizado al segundo, no sirven los acuerdos del pasado ni los dibujos que nuestra mente aventura para el porvenir. Los primeros pueden ser irreales por caducos, los segundos, por inconsistentes. Tenemos que observar con mirada y corazón limpios, qué hay y qué queremos.

Los lazos de nuestros afectos, los nudos de nuestros acuerdos, para afirmarse y renovar el vínculo, o para deshacerlos, necesitan dos manos. Idealmente, de más de uno de los implicados.




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ARCO

Todo lo nuestro
está
entre bufff
y jejeje.




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