24 de febrero de 2011

IMPOSIBLES

Mi hambre está gorda como una vaca:

Ha subido a la cima del Monte de Orégano
y se está comiendo
las peras del olmo.


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16 de febrero de 2011

GRANDE.

Seguramente mis intentos, mis resultados, mis maneras, o mi jodida aura no son las de un GRANDE.
En mis momentos bajos, en los que se me espesa la conciencia y no me llega un mísero gramo de buena belleza, o por lo menos un tanto así de amor por mí mismo, un lado benévolo con mis intentos, o una perspectiva bella o útil o divertida para mis maneras, en esos momentos, sí, doy la razón a quienes digan con razón o puerca amargura, quítate de ahí, zafio, pues nada digno tienes por decir a este mundo. Y a pesar de ello no voy a poner freno a mi ánimo tan ingenuamente generoso, no voy a poner puertas a mis empeños deslenguados. No tengo que cerrar la boca ni parar el paso cuando en el horizonte no veo final.
Y qué si no soy un GRANDE, así puedo llevar el paso que quiera, pararme a patear piedrecitas y soltar tranquilo las tripas en la vereda, mientras pienso, ay qué jodida y qué relajada es la vida sin que otros que te importan la estén esperando. Sin que invoquen tu aceptación en sus días de angustia.




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En lo referido a muchas de mis relaciones, casi todo es eventual, superficial y contingente.
Cuentan conmigo ¿para qué?
¿Qué valor tiene mi compañía? ¿Mi contacto?
¿Quién me echa de menos A MI cuando no estoy?




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A veces he hecho los deberes de los demás, mientras los míos andaban manga por hombro. Tengo que aprender a poner cuidado en el equilibrio de esas cosas: siento que estoy dando bandazos, oscilando peligrosamente entre la desmesura en la generosidad y cierta rabiosa y lúcida mezquindad.




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7 de febrero de 2011

Los esfuerzos del carácter.


El talento está en el campo de la conciencia. Sólo sirve como base para uno mismo.
Las cosas, en la vida real, se consiguen con los esfuerzos del carácter, con decisiones.


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Dibujos en el cielo.


Con los cambios y los oxígenos atascados en la garganta, el hijo de mi madre a veces sólo ve ante sí un paisaje sin amor. Se ve a sí mismo como un halcón mirando una bandada de palomas.
Cuando el horizonte es así de seco y plano, a la felicidad de uno en mi situación, poco le importa la posibilidad de cobrar pieza, con lo de eventual que tendría para el ánimo el hecho de haber consumado una caza, con lo poco que en realidad resolvería en el estómago una simple palomita en un paisaje de vacío y soledad. No. Importa más saber que con un simple batir de las alas, un simple halcón ha provocado una reacción en la bandada. Importa la consciencia de que con su sola presencia está condicionando dibujos en el cielo.


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SÓLO EL AMOR

Sólo el amor
pondrá
tu lencería en orden.


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Get ready!

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Responsabilidad.

Dios dejó el amor a medio hacer. 


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El amor dice
ponte ahí,
que vas a hacer la segunda comunión.


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Bodhisattva.

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¿Cuanta de mi sangre
quieres
para tu espíritu?


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Cierto símil.

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Soy un grito de amor balbuciente

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Soy un grito de amor balbuciente desde el fondo de la caverna.
Dame con un palo en las tuberías vacías que salen del corazón.
Escucha el eco.


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Útil y divertido

Es lícito, aunque suene arrogante, desear que el trabajo de uno mismo sirva al menos para su propia salvación. Y por qué no seguir subiendo la apuesta, que la caída sería la misma, y pretender también la salvación de otros, la de quien te lee, la de quien te escucha.

Por un andar sereno, por una aportación digna, trabajo con encono. Y rezo para mis adentros. A veces con la fe justa, a veces sin fe ninguna, a veces con un miedo silencioso a estar construyendo una mentira, una herida o una simple estupidez con mi oración. Y la posibilidad de salvarme o de salvar a otros, esa luz esquiva y debilucha que sobrevive enmedio de este oscuro caldo espeso, no me libra ni del miedo ni del silencio que dibuja heridas en la pobre bolsa de mi alma, por la que sin remedio y sin consuelo se me va escapando la fe.

Vaya diversión y vaya utilidad que estoy aportando al mundo.

Aunque te has ido, me mantengo con los instantes fugaces en que siento que respiras a mi lado. Algunas veces.


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¿Cuál es tu paso siguiente?

¿Cual es tu paso siguiente? ¿Cual el mío? ¿Somos un puente hacia otro lugar en la vida? ¿Cual es el escalón o río obstáculo que cada uno ha de salvar? ¿Soy buena compañía o interruptor o traductor o espectador enfermero paracaídas defensor propiciador de tu próximo paso?

¿Te hago falta? ¿Te doy vida? ¿Estás en mi paso siguiente?

Alguien tiene que amarte. Es urgente. O se escapará tu corazón dorado, que es un papelito que se va volando con el viento envenenado, aunque huele bien. Alguien tiene que amarte. No sirve un paso acompañado ni un abrazo presuroso antes de un beso en el cuello. No sirve demorarlo todo. No sirven los templos antiguos. No sirven las canciones de antes ni las canciones de después. No sirven los arreglos, no valen los efectos, las cortas ni las largas distancias. No valen las palabras, los dibujos que se dicen ni los alientos que se exhalan con las últimas quejas de la voluntad. No valen los dioses conocidos. No sirve la Ley Natural.

Amarte, alguien tiene que amarte desde el puesto de vigía.


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