grados de separación,
después de tres o cuatro
ciclos kármicos,
una piedra caerá rodando
montaña abajo e irá a parar
a la orilla de un río.
Se sentirá extraña, arrancada
de su lugar, pero
una rana despertará en primavera
y se quedará a vivir a su lado.
Dentro de cinco o seis
grados de separación,
después de tres o cuatro
ciclos kármicos,
va a ser bien difícil
que la gente crea
que tú y yo
nos vamos a querer.
Barcelona, 31_1_2014
.
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