5 de julio de 2015

UN POEMA MEJOR QUE YO

El poema que no pone cargas sobre tus hombros.
El poema que evita seducir
                                 (que es engañar).
El poema que agacha la cabeza y dice sus cosas
                                 sin soberbia, ansiedad, premura.
Lo busco.
El poema que es sólo fe.
La tuya, la mía, la que encontramos.
El poema que es música sin ruido.
El poema al que preguntará tu voluntad.
El poema al que le abrirán las puertas tus cosas.

Te busco
el poema necesario,
sin que me tenga que mover la necesidad.

Para que tú me entiendas, un poema
de agua sin ahogar,
un poema como de este
santo bendito calor, aunque
calor de abrazo, que es
más de arder que de quemar.

En fin, me pongo a ello, descuida.
Empiezo raro, titubeante, entusiasmado, pues
no sé escribir
poemas de suspiros sin aspirar. Encontraré,
te prometo, la ciencia la letra
de este poema de creer. De creer en él,
por un lado, de creer en lo que creará
más allá del poema, de creer
en eso que ni tú ni yo ni nadie sabemos. Ése
poema que nadie sabe
y todos esperamos. El que te diga
semillas, destellos, venturas,
que de pronto encuentran
razones para tu alma.

El poema que te dice que ha venido
antes de salirte a buscar.

El poema en que, con otras palabras,
te estaré diciendo yo soy, aunque
será un simple poema de amor para la poesía.

Uno cualquiera, sencillo, aspirante a encontrar
hueco, sombra, llano acogedor. Un poema,
el que tenga a mano, hablando en plata,
desesperado,
inocente,
pueril, generoso.

Un poema fracasado
e ingenuo, no me importa,
para que no te vayas.




.

No hay comentarios:

Publicar un comentario