A veces mi parte pensante y mi parte actuante las tengo enfrentadas.
No se entienden entre ellas.
No sé qué se me verá desde fuera, pero aunque aprendo a mantener la compostura, lo cierto es que me siento como una piedra hirviente: por dentro mi parte activa está zarandeándolo todo, atormentada por lo que yo podría hacer y no hago, y ofuscada por la sangre fría de mi parte que piensa, pues la imagina urdiendo soluciones para los tres, pero por miedo o dejadez, se las guarda.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario