Me das la vida con todas esas cosas en las que no quieres pensar.
Ya quisiera yo saber qué harás con esas cosas que te encuentras de improviso y no se pueden planificar.
Con esos momentos en que nuestros brazos fueron niños espontáneos y juguetones, jugando a las cosquillas, a los arañazos.
Esos que traen besos fortuitos
que te hacen daño, por lo que dices,
que te hacen bien, por lo que veo.
Y estoy que no vivo por saber que todo se escapa en un momento, detrás de tus miedos o de los míos.
De tus juegos o de los míos.
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