28 de noviembre de 2018

Plano-secuencia

Yo a ella la quiero
en plano-secuencia,
sin cortes, desde
que abro los ojos,
y mientras camino,
me siento a respirar,
celebrar, adornar
un lamento. Aunque quizá
lo verdaderamente bueno
de esta película, es que ella,
al mismo tiempo,
en el interior de la sala
de montaje de su
amoroso corazón,
está sonorizando
sus propios latidos
desde que abre los ojos,
mientras camina,
mientras respira,
celebra y adorna
su lamento. Quiero decir
que esa es la verdadera
maravilla, la de
vete tú a saber qué
estofados estará
concibiendo en su horno,
al mismo tiempo
que yo la quiero
en plano-secuencia,
por lo menos
desde mi película.
Jag.
25_11_18


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