Te vi anoche, y creo que vi apenas un reflejo brumoso de mi corazón seco.
Te vi anoche, y creo que vi con desgana, sin miedo, qué queda de digno en el mundo cuando yo no soy valiente, cuando me siento vacío y derrotado y convencido tan sólo de que no tengo nada para dar.
Te vi anoche, y apenas te rocé sin querer pidiendo una cerveza. No hicimos por saludarnos, y más tarde, en un segundo eléctrico, rodeados de gente que gritaba, se encontraron nuestros ojos, y no hicieron nada.
Y en ese espesor de aire que nos separa, mirándonos a cada cual por separado, el reflejo de lo que queda de ti y de mi si te miro vacío y agotado, sin llevar ese amor con que nos vestimos de maravilla, para después desnudarnos lo más lento que podamos.
Jag.
22_6_19
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