24 de junio de 2012

HIJO DEL AMOR DE MIS PADRES

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Soy hijo de la ilusión que improvisa ganas de vivir en un país calcinado por el odio y la vergüenza. Soy hijo de ganarse las razones para la alegría atravesando la culpa. Soy hijo de combatir levantando flores en el campo que el enemigo oscuro sembró de sal. De construir mi orgullo a pesar de la suciedad y la ignominia. Hijo de una paz nerviosa. Del más amargo sentido del honor y del deber. Hijo de una caduca infelicidad sin referentes. Del sudor inquebrantable, del aliento a ultranza. De lágrimas que se callan mientras rumian construcciones en la noche. Soy hijo de las carcajadas explosivas que soltó la serenidad, que aprendió a caminar sola, pero que siempre, siempre, mantuvo vivo el fulgor de la certeza, de la esperanza de que alguien respirará a su lado. De que algo va a venir a llevarla de la mano.

Soy hijo del SÍ y soy hijo del NO, y por tanto, soy un hijo fuerte de las negociaciones de la armonía. Me siento guapo, en suma, y no estropearé la foto, como corresponde a un buen hijo del amor de mis padres.


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