2 de noviembre de 2017

FRONTERAS


Yo quiero vivir en un país que sea un corazón, en una mujer que sea una casa de aire fresco y un campo interminable con las piernas de par en par.
Quiero que ese país y esa mujer les pongan mi nombre y mi alma a su territorio, que me tengan férreas leyes de amor, de alegría y de suspiro.
Quiero que una razón primordial del existir de su piel y de su bandera esté fundamentada en que yo me desviva por respirar en su mismo aire, por sentirne lleno cada vez que en cualquier parte digo su nombre.
Y que no se me ocurra nunca pensar que viviría mejor fuera de su dentro, ni lejos de su lado.
Jag.
27_10_17


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