31 de diciembre de 2017

ES COMO UNA LLAVE PARA MÍ


En un repente por la mañana, me ha parecido que las cosas limpias nacen en el fango.
He forzado mi camino malapata para pasar otra vez por tu calle. Y tan sólo con decidirlo he empezado a pensar que estoy más gordo, que la mochila está sucia y que me tenía que centrar el gorro de lana. El corazón se me volvía niño, cabrito, potro.
Cuando pasaba por tu puerta, tu sonrisa me apretó el paso, y me ahogaba de una tonta pequeña alegría mirando a la acera.
Una mujer te estaba diciendo, pues córtate el pelo por el año nuevo, cambia.
Y yo me tragaba las piedras de repente, yo sobrevolaba zarzales comiéndome los fuegos. Era como querer de pronto hacerme amigo de los mares, yo no me lo explico.
Algo bondadoso e indescriptible ocurre cada vez que tu idea roza mi mundo.
Algo que me salva y me acaricia por dentro, ocurre cuando en dos semanas te veo un segundo.
Y sigo débil y venenoso como un cable pelado al viento, pero en un repente esta mañana, en un repente cada vez que te pienso, yo me planteo que no sé qué hacer o qué decir, y me pongo a aventurar qué energúmeno o milagro o cataclismo va a acabar poniéndonos en un mismo lado.
Después he seguido un rato temblando por el campo. Y algo que no voy a saber explicar está a punto de romper a llorar de alegría en mitad de mi barrizal.
Jag.

29_12_17


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario