28 de junio de 2020

EDITABLE




Tengo que anotar ahora mismo que cuando tenga que tener una secretaria con la que despachar los eventos recepciones a los que iré y no iré, la misma u otra diferente a la que esté dictando mis textos porque los estén esperando en otras partes del mundo cuerpos de bachata, almas de minueto, pieles de performans, y yo no pueda escribirlos de manera ágil, eficaz e inteligible, porque me llegó esa hora, la de la decadencia, porque me llegó esa hora, la de la recolección desenfrenada, y me la suda la risilla miope del vulgo revenío, y me la suda la chanza suficiente de la crema inaccesible, al hilo de escribir adrede ahora mismo estas putas seguridades (potenciativo), digo que tengo que anotar ahora mismo que cuando me llegue ese tiempo de premura por mí, que me acabo, que va a ser también el tiempo del ansia por la cosecha de mi huerto callado, anotar ahora, digo, que entonces no tendré tiempo de anotar que de repente me acordaré que hoy, camino de la piscina, sorteando en una acera del Rodeo una flor amarilla de tallo largo, fibroso, del color de la vinagrera, pero que ahora no tengo tiempo de documentar, que estaba machacada en el suelo, los pétalos lastimosamente desperdigados, se me ha hecho muy presente que cuando vivía en Barna echaba de menos el pan, el campo y la familia de sangre.

Ya sé que en ese tiempo ni me lo plantearía, pero ahora me parecería imperdonable omitir esto en el futuro, cuando al mismo tiempo el granero está lleno y la casa se está viniendo abajo, y por ese acaso del tiempo de entonces, dedico este tiempo de ahora a conceder a la inmediatez algo de mi presente de holgura desesperanzada.
Jag.
25_6_19



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