6 de febrero de 2021

DE LUNES Y VIENES

 


Primero me puse a ordenar por dentro el desbarajuste. Luego me puse a encontrar el lugar de todo y organizar el extravío. A razonar y escribirme el inventario más o menos. Luego con todo colocado reluciente pensé que abrir los cortinajes. La luz entraba resbalando y desnudaba pelusa y piel muerta que respiraba y respiraba por lo visto. No acababa de limpiar los cristales de las ventanas, comprobando que todo lo mío era de más color que el que pensaba, cuando me entró la urgencia de pensar que el aire no se renovaba. Así que abrí todas las ventanas, y pensaba de repente que se te ocurriera venir y desde fuera asomarte a ver qué había. Entonces quité el cerrojo de la puerta, y me quedé mirando el recuadro opaco ensombrecido. Mi defensa. Mi nevera vacía. Mi mueble aparatoso de libros y escrituras. Mis leyes personales de siempre. Ilusiones. Recuerdos. Celebraciones enquistadas. Mi posición de antes. Mi valía de entonces. Mi amor propio, tan adusto y desvencijado. Entró un viento frío a mis espaldas, como un derramamiento de hordas bárbaras que devuelve a la naturaleza al vago mundo civilizado. Entró a traición una canción de saliva, de coño, de aliento primordial ahogado de premura, de fuego, de ruina, de pequeña yerba que se mece en los vientos del océano. Un hambre prometedora. Un reír en ciernes. Abrí la puerta de par en par, por si venías, y no era suficiente. Desmonté las hojas y los cristales, por si venías, y no era suficiente. Saqué las puertas de sus quicios, no fuera que las cerrara de un portazo la vida corriente. Luego pensé que para qué tantos muebles. Y pensé en el color de fuera, maltratado, como sabía, y pensé en el color de dentro, perdida la pujanza de su carne en el desmayo, como creía. Así que quité con urgencia las paredes, por si venías, que me vieras de lejos. Y quité el suelo, y ya no había aire de dentro y de fuera. Y ya no había lugar que no fuera yo entero tan simplemente, como una casa que se pone de pie y empieza un paso, por si mirabas de lejos primero, y por si luego te ibas acercando hasta que se nos borrasen las dudas, y tú y yo supiésemos que sí, que vienes.
Jag.
1_2_21


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario