5 de abril de 2012

EN TUS MANOS.

¿Cuántas casualidades, encuentros fortuitos, chorras, potras, desvíos forzosos, rendiciones encubiertas, adaptaciones improvisadas, reconocimientos dolorosos, cambios de última hora, imposiciones externas sabiamente justificadas, reacciones instintivas inexplicadas, resortes no planificados, acciones desesperadas, clavos ardiendo, últimas salidas, regalos del azar, y patéticos y forzados giros de la voluntad, cuánto de todo esto, digo, nos hemos encontrado o nos hemos visto obligados a adoptar, y cuánto de todo ello hemos ido disfrazando ante nuestros amigos y conocidos y familiares, y cuánto de todo ello hemos disfrazado ante nuestro propio corazón, y lo hemos llamado NUESTRA DECISIÓN, y le hemos puesto, después de habernos visto obligados por el azar o la necesidad, el trajecito con los colores y maquillajes de NUESTRA VOLUNTAD, y todo para que a nuestro sentido de la dignidad no le acaben temblando las rodillas, y tengamos, pese a todo, una opinión decente de nuestro propio devenir, y sintamos en última instancia una sensación convincente de que tenemos EN NUESTRAS MANOS una parte del cosmos, una sensación mínima de que DECIDIMOS, y con nuestra decisión –errónea o no, que no viene al caso- nos vemos a nosotros mismos como una isla de orden enmedio del potaje enfebrecido en que se ha acabado convirtiendo el caos primigenio?

¿Cuántas hermosas flores hemos visto crecer de un ramal que nació tarado y que juzgamos incapaz de continuar su plan inicial? ¿Cuántas portentosas sinfonías están construyendo el paisaje sentimental de nuestras vidas, sin que sepamos que nacieron de los felices avatares de un burro que paseaba y husmeó, ocioso e indiferente, al lado de una flauta tirada en el campo?

¿Cuántas veces nos han mostrado como modelos de puntería las flechas que el viento, con fuerza ciega e inocente, acabó clavando en un lugar cualquiera, y en el que después, con lista alevosía, pintaron una diana a su alrededor?

Lo pienso, y me digo: abre los ojos a lo que no habías planeado, busca y llama a las puertas que te está abriendo la adversidad.


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1 comentario:

  1. Todo lo que hacemos, en el arte o en la vida, es la copia imperfecta de aquello que pensábamos hacer.

    Fernando Pessoa
    Libro del desasosiego

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