31 de enero de 2014

LA ESTRATEGIA DEL INTERESANTE

Estoy en un sitio escuchando música haciéndote un retrato imaginario con un bolígrafo gastado, con las gafas del lejos. Todo está nublado.

Salgo por la puerta, saludo al portero, y me encuentro de sopetón con una mujer impresionante que está sentada cruzando una pierna y mirándome a los ojos. Le digo buenas noches y el portero me está diciendo que hasta mañana ¿no? Y le digo que es más que probable, riendo. Me giro y la mujer me sigue mirando intensamente a los ojos, como a punto de decir, o no. Digo CHAO en voz alta mirándola a los ojos. Cuando se cerraba la puerta de fuera la he visto de espaldas, con los brazos levantados de desesperación, no exagero. Se partía el culo, creo.

Yo me iba medio riéndome, porque sé que hoy no es el día de saber el nombre de esa belleza.

Yo salgo a la calle con el corazón dando respingos. Para variar. Riéndome sin control, manejando como puedo la embriagadora certeza de que God is dreaming about me, de que últimamente mi vida parece tener zancos en el entendimiento, nubes mágicas en los pies, que está llenándose de pasos y señales sencillas que me llevan a donde no sé.

Y también pienso en ti, claro.

En si algún día tendrás la velocidad de los valientes. En si aprenderás la respiración del sabio. Mientras tanto, a mí no me queda otra que reír con la vista perdida en el cielo limpio. Saber que no soy responsable de los cenagales ni de los paraísos que visites mientras me das, a conciencia, un rodeo.

No olvido tus ojos soñolientos pidiéndome todo.

No olvido tus manos compartiendo, la humedad de tus labios adentrándose en las cosas que tú dices, y también en las que digo yo. No dejo de pensarte, aunque la vida sigue tu camino y sigue el mío. No dejo de pensar en ti y en mi luz, que todo lo ilumina. Y es tonto taparla y darle la espalda al amor que tengo para todas las demás.

La verdad es que te pienso, y sin perder esta extraña alegría, no dejo de imaginar qué lejos estarás ahora mismo de mi, en una vida a la que no dejarás que me asome. Y sin perder esa misma alegría, se me cuela en el pensamiento la melena, la mirada de fuego silencioso de la chica de hace un momento. Y me río nuevamente, y la vida es un torrente alegre que va montaña abajo en la noche, arrastrándonos, poniéndole música a lo oscuro.

Y me digo, espera mujer, tu momento.

Espera a que sepa qué hacer con mis suspiros desordenados, espera a que encuentre razones, pasiones o magias en las que dejar colocados mis hilos sueltos.

Ardo por tu primera sonrisa, y aunque pienso en ella todavía, tú espera a que me haga un felpudo amable y espeso con su recuerdo. Espera a que me haga una bandera negra con todo el amor que derroché con avaricia, sin arrepentimiento. Espera a que termine la bandera de todo ese amor que me deben. En el baile de los interesantes todos están sin pareja, y la música no para, y los colores de cada cual ondean ardiendo. Y no hay tiempo de soñar ni tiempo de recuerdos. Sólo hay tiempo para el paso que das, y apenas sutiles chispazos de aliento para el paso que viene.

Tú ya me has visto sintiendo desbocado. Pero no voy a dejar de vivir las cosas como un caballo portentoso. El campo es pequeño y asfixiante. El mundo es infinito y a nadie puedo esperar.

Yo me digo espera tu momento mujer, mientra pienso en ti y en todas las demás. Espera el momento en que recoja los cordones de los zapatos que aún tengo que quitarme.




Barcelona, 31_1_2014


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