21 de marzo de 2018

CALLAR,


tragarte las emociones es ningunearlas, obviarlas y negarles su respeto. Es no escucharlas y es como no sentirlas. Es, a efectos prácticos, apartarlas del flujo natural de la vida y vivir como si no existieran.
Y para qué me sirven entonces los nobles valores ni la ética impecable. Para qué la honradez. No sirven la prestancia ni la inteligencia.
Porque callar, tragarme lo que siento contigo es ningunearme, obviarme y negarme el respeto. Es no escucharme y como no sentirme. Es apartarme del flujo natural de la vida.
Es como vivir sin vivir.
Es como estar sin existir.
Y de repente todo es como de risa. Y reirse es lo único inteligente.
Pero todo es de esa risa que nadie quiere.

Jag.
20_3_18


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario