21 de marzo de 2018

PUES NO FUI,


porque ya me sentía solo con sólo ponerme a pensarte. Por eso no fui.
Y porque además me hubiera visto como un peregrino imbécil dándole lustre a tus piernas inmóviles como las columnas del Templo de Jerusalén.
Yo sé qué tono ocultas tan malamente mientras me preguntas. Porque lo quieres todo sin querer nada, y así no se llega a ninguna parte.
No fui, porque me mata respirarte de cerca y mirarte de lejos, y admitir que no tienes besos para que midamos la velada.
No fui, y tampoco nos va a llover de la mano, en un futuro inmediato, hasta que la ropa se nos caiga de alegría a los tobillos.
Todo esto es culpa mía. Reconozco que alimenté especulaciones acerca de cuántas veces cabría tu pie derecho en el ancho, el largo y el alto de una habitación en la que conmigo por gusto te encerraras por un tiempo.
Pero que les vayan dando porculo a todos los poetas acomodados del cono sur, tanto daño que han hecho. No fui.
Por las ganas. Y ya está.
Y a más cosas que voy a dejar de ir, aunque reviente, visto el rumbo que nos están tomando las cosas.

Jag.
20_3_18


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario