25 de junio de 2021

MUEBLES


Amueblas tus decisiones para la vida, la casa, para las personas, de modo que todo confluye hacia una corrección de paja, de pastel vacío pulcramente adornado para tu escaparate.
Decides y haces y chequeas lo que haces por lo decidido desde ese lugar de tu comodidad. Redactas tus términos con sesgo para convencerte: es lo mejor, es necesario, no he hecho mal, lo hago como sé, como puedo, como quiero.
Amueblas tus decisiones tapando con alfombras, tapices, colgando objetos brillantes que distraigan. Así, ante todos, ante la mirada inflexible de ti mismo, queda tu decisión más vivible, más comprendida y excusada de antemano.
Por si lo que hiciste por tu libertad fue con ineptitud, por hastío o irresponsabilidad.
Por si lo que hiciste con honestidad estaba lleno de simple egoísmo y preñado de crueldad.
Por si lo que hiciste como un bien sólo quedó en dolor, en torpeza y en suciedad.
Así, llamamos vivir a ir cargando con esas chapuzas que hicimos de corazón, tan pobremente. Arreglamos los muebles de nuestras decisiones para intentar vernos como seres limpios y veraces, para intentar vernos dignos de dar y de que nos den en la siguiente casa, en las personas que se nos acerquen, y en la vida que tenemos a mano, a cada paso bajo nuestros pobres pies.
Y así, ante nosotros mismos, tan infantiles, hacemos como que avanzamos, ilusionándonos con que en algún momento, atravesando nuestra torpe humanidad, todo va a llegar a su lugar.
Jag.
30_5_21


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario