25 de junio de 2021

FLOW


Puede pasar que a veces te asalta una idea descabellada. Una cosa que no tiene pies ni cabeza, pero que tiene su espíritu raro y valiente, casi suicida, sin lógica ni cuerpo real. Algo que se piensa entre los vapores de la embriaguez y apenas puede dibujarse o escribirse en un papel.
La gente común que sabe lo que quiere, suele decir a eso: esto es una locura.
La gente normal que sospecha que la vida que tiene no es suficiente, suele decir a eso: esto es imposible. Y ahí se suele parar todo.
La gente más juguetona, si a la vez es también la más insatisfecha, y está tomando unas copas, suele decir a eso: ¿te imaginas? Y se echan unas risas que te mueres, y luego una resaca del quince, y después todo es no más que un vago recuerdo en el atasco de volver a la vida normal.
Yo doy cuatro cinco pasos por delante de la vida real, y se me clavan por dentro cosas distantes entre sí, pero que nebulosamente yo sé que son casables, y sé que al juntarlas construyen una realidad.
Y digo que yo quiero ir contigo.
Jag.
21_6_21


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