26 de junio de 2021

ESA TIMIDEZ



Hola, no sé hacerte un texto cercano. 


Quizá he claudicado. Encuentro sin resolución la herida de la sangre, de la muerte, de la vida. 


Quizá está todo estropeado. Quizá todo ya ha pasado. Y por todo que intente, escrito está el destino nuestro, con subraya, afirmado. 


Yo lo quise saber. Y está de más. 


Yo lo quise hacer. Y está de más. 


Quizá es demasiado pronto para saberlo hecho o para entenderlo pasado. Yo quisiera tener muchas más que estas fuerzas. Quisiera saber adónde tanto y porqué de eso que nos dijeron hasta allá desde ahora y hasta cuándo. 


En verdad no tuve tiempo de hablarte de tus sales, tus olores, no hablé ni especulé de a qué sabes, a qué hueles, por qué cantas. Sólo me quedé con tu rastro de mujer mientras todo ocurre tan lejos tan profundo de lo que uno como yo soñara suspirara. 


Es la sangre, es la muerte, es la vida, que pasa mientras tú y yo ocurrimos en otra cosa. El viento, las corrientes, humedales, hermosuras, frutos que derraman los arbustos de los cultivos, de los bosques. 


En fin, de amor a nada puedo yo obligarte a esperar, construír ese palacio resistente de esperanza y fuerza y fe en el futuro de cuando a esta misma noche le suceda la más sencilla y clara mañana. No tengo tierra para sembrar nada. No tengo cielo de escape. No tengo signo en la estrella. No tengo aliento en la bolsa, caudal de la acequia, permiso del color ni del nombre. 


Sólo así perdido dejo escrito ahora que mientras van ocurriendo las cosas de la gente, del universo, yo te amo. 


Jag.

26_6_21



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