_Que alguien como yo vea una línea de correspondencia formal entre un moco gelatinoso, una virgen de los desamparados y una vulva de los setenta, no es solamente porque yo esté desprejuiciado visualmente, no, es más porque no me siento solo en la sensación de que esta mierda de vida hay que reinventarla entera.
(Esto para rehacer EPÍLOGO de MOCO)
_Yo sé, aún dentro de mi tribulación, que siempre se puede elegir en cierto modo, o hasta cierto punto. Uno puede, más o menos consciente de las consecuencias, decidir si hacer o no, si ir o no ir, y lo que sigue siempre será una parte concreta, tangible, con un determinado valor y tono en la normalidad de la vida. Absolutamente todo es natural, y su aroma y sabor siguen la lógica de cómo y el qué has cocinado. Casi todo es concebible, visto desde ahí. Incluso lo que no podemos o no queremos aceptar. Pensando en eso, no dejo de verme ingrediente más que cocinero. Terrible. Un ingrediente con ilusión de opinión. Uno que quiere aportar su punto ante la certeza de que acabará devorado. Yo pensaba que uno intenta el arte porque quiere ensanchar la vida, ponerle aire y dar de comer al espíritu de la gente. Hacerse mejor del que por nacimiento le correspondía, y crecer y hacer crecer la vida. Pobre estúpido ingenuo soberbio infantil presuntuoso. Cómo balbucir nada de más allá, siendo uno tan nada y sabiendo tan poco del aquí más inmediato, sabiendo uno, digo, tan nada de la inmensidad inabarcable del uno mismo cada momento que pasa y que perdemos para siempre. Y aún así, qué rabioso temor a que todo ésto no sea otra cosa que una simple y boba escritura del yo. Como un diario vacileta autocompasivo digital. Con cosas así te llueven las listas y los listos, que siempre te dejan esbozada la sospecha de que muchas de estas cosas se arreglan si te apuntas a sus cursos de escritura creativa de funcionarios divorciados que tienen que hacer algo creativo con sus vidas por las tardes. Esa cercana posibilidad me pesa, inmensa e invisible, y me ahoga de sinvivir. No empieza uno a decir entredientes tú verá tú verá, cuando ya está la fatalidad encima, mecagon mi puta calavera.
Jag.
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