10 de marzo de 2013

MIS TRIUNFOS.


Un libro amado me dice que no recuerda qué clásico le dijo que el amor sonríe a los que triunfan.

Sin querer entrar en discusión con los libros que amo, y mucho menos con los clásicos desconocidos, yo digo que amar no depende de las sonrisas. Que amar no depende de triunfar.

Más bien afirmo que amar es el triunfo. Y que sonreír es una forma, gratuita y elemental, de amar sin quedarse a valorar lo que se ganó o perdió.

El amor y las sonrisas son incapaces de pensar en el porvenir. Viven en el momento presente. Si se prolongan, lo eternizan.

No voy a negar que sonreí con un extra de motivación cuando el amor me ha mirado, benévolo, en su momento. Pero no se sonríe o se ama por lo que se espere a cambio. Sonreír y amar son actos gratuitos y espontáneos. Si estás contando lo que das y lo que esperas, ni estás sonriendo ni estás amando.

Por tanto, ¿a qué relacionar el triunfo con el amor, con la sonrisa, si una sonrisa sincera, si un amor redondo ya son, en sí mismos, un triunfo?

Esto lo digo yo, que me siento un clásico más de estos tiempos de cobardía y desmesura, por amar como amo y decir lo que digo sin perder la sonrisa.

Lo digo yo, que amo en seco y sonrío en ayunas.


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1 comentario:

  1. Estar como el viento, como la brisa, tener sin poseer mejorando lo que hay y abierta a dejar el lugar para cambiar otros lugares.
    No se pierde nunca nada, si sabes que no lo pierdes, puede cambiar, cuando tu dejas algo mejorado, la vida te lo da mejorado.
    Para no perderte tienes que poseerte, confiar en uno mismo en el universo y estar alineado en uno mismo en todos sus cuerpos y con la vida.
    Solo estas tu ante el mundo, lo de mas son reflejos, espejos de lo que puedes cambiar, mejorar.

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