Antes de mover un dedo y dar la sensación de abrir con negras, quede por descosido que apuesto malamente por eludir la ruindad y me duele, me duele este cierto resbalar hacia el desaliento, y quede dicho que valioso para este mundo sí que soy, y váyase a tomar viento la tinta de la acritud, pese a todo, que no quiero colaborar con el triunfo de la desazón, de la medianía. Aunque sí, bien se haría en encontrar nuevo sitio para las esperanzas que lastraran mis hombros. Ya dicho esto, me descargo.
A veces, alguien de repente, me dice que la vida da muchas vueltas, y no le aporta luz a mi presente, y no es en pasatiempos vacíos, en bellezas recordadas, amores preenvasados donde hallaré resolución, y le digo a la vida estás muy guapa y saludable, pero gira, y gira, y gira, que con el panorama que me presentas, la verdad...
Yo sigo. Ya tuve mi tiempo de comprobar que con soplapolleces New Age me alejo sin remedio del camino de lo cierto, y arruino ensucio mi senda de la serenidad.
Así, cacharro de emoción sin lugar estipulado en el platero, que baje Borges de su palmera salvaje y se me ponga porteño con la traducción.
Jag.
12_9_16
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