14 de enero de 2020

UN SOLO SIN TILDE


Es ahora, que veo cómo por el sumidero se me escapan las ganas, los convencimientos por saber que tengo un lugar o al menos un resuello en el corazón de alguien.
Es ahora, que asisto casi indiferente al languidecer de mi aliento para creer en que algún día alguien va a volverme a decir creo en ti, al mismo tiempo que yo siento que creo en mí, en ella, también.
Es ahora, que no encuentro ni en soledad ni en juntera esa luz germinal de sentir y decir amor por alguien, esto es, sentir que amo pues encuentro en mí algo valioso para dar.
Es ahora, que pierdo de los labios la cancioncilla que yo llevaba, lo que doy es lo mismo que me dan, sin tacha ni mancha, sin cuenta, sin premura, silbo, canto que tú y yo nos vamos a amar. Ahora.
Es ahora, que no encuentro los latidos ni las aguas, ahora que no tengo la sangre ni los aires debidos, cuando me encuentro tan desnudo y desvalido de excusas para dejar de encerrarme a escribir lo que me dé la tentativa.
Dando ya por sabidas las palabras que me cansé de morderme por dentro, los óxidos de los goznes de las puertas de la piel de la cabeza de mi corazón, es ahora, que entenderás que me quedé sin tema, cuando entiendo perfecto el momento para alejarme de cuanto intento de amor que me distraiga, y no perderme y centrarme en decir la palabra el aliento exacto.
Encerrarme y centrarme en algo que a nadie le interese.
Poner el alma en eso, en sentirlo y en decirlo, alejándome de todo el absurdo ruido que pone con torpeza todo su corazón equivocado en sostenerme. Alejarme de los amigos, de los aspirantes a la bondad, a la camaradería asfixiante, alejarme de los curiosos que por aquí y por acá pasan y trastean y preguntan y se interesan por benevolencia, por ambición, por hastío condescendiente. Alejarme y acabar tranquilo y encerrado en un silencio mío de hierro oscuro, y que sólo para mi texto sea mi soplo de luz.
Dedicarme a cosas en las que nadie quiera meter mano, por ejemplo hablar en profundidad y extensión del ardor, del picor, del olor del sudor de amorosa humedad temperatura del rozamiento de las ingles con la bolsa de los huevos cuando maldices andando todo lo largo del día encajado en un pantalón medianamente ajustado, en el punto uno, caminata abrigado abandonado a la crudeza del invierno inclemente, punto siguiente, libertad asfixiante del sureño verano. Escudriñarme y encontrarme en mi fase visual: pálido, claro y translúcido; mi fase olfativa: olor fino y muy aromático, fresco, a flores; fase gustativa: ligeramente dulce con final seco, muy afrutado, muy suave, caracterizado por mi complejidad. Persistencia y paladar agradable. Suave y largo post-gusto. Buena acidez. Ideal para marisco, pescados… Y como aperitivo, en cualquier momento y a cualquier hora, querida.
Saber todo y más de mi nimiedad y podredumbre.
Quedarme solo del todo en eso, como cuando montas un curso y no se apunta nadie porque no interesas.
Dedicarme a saber en profundidad y extensión de algo anodino, patético e inefable, algo despreciable, ofensivo y humillante.
Que si alguien a escondidas insistiera en acercarse y se atreviera a mirarme por el ojo de la cerradura a ver a qué coño estoy dedicando las fuerzas por los saberes, se fuera rebotado anonadado arrepentido para la casa que le dieron sus suegros, con el ojo conjuntivado llorándole de pena, de asombro avergonzado porque ay que ver cómo se acabado perdiendo pasiempre este hombre por diosanto.
Centrarme en algo tan nimio y vergonzante que no se atreviera a compartirlo con su cónyuge ni con su gente de pádel, ni con el grupo de guasa de madres del colegio de la guarde de memes de catalanes de bicicletas de chistes de tías encueras.
Encerrarme en algo que nadie estime, para iluminarlo sin expectativa, sin plazo ni negociación.
Encerrarme para encontrar de mí lo que nunca se cuenta, lo que nadie escucha cada vez que vas al mundo con tu pregunta y con tu respuesta.
Encerrarme para alumbrar lo más mío, que es lo mismo que todo el mundo ignora de sí y esconde.
Encerrarme, encerrarme sin más, tan lejos, tan profundo, porque es ahí, sin mapa y sin adorno, donde está tan desnudo, tan puro y desvalido lo mío, que es igual que lo de todos.
Alejarme y encerrarme en lo más profundo. Porque es ahí donde tengo que encontrarles.
Jag.
28_12_19



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