24 de agosto de 2020

EL TIEMPO, LOS ANILLOS


El protagonista del libro que estoy leyendo, llama por teléfono a su ex, para decirle, después de mucho tiempo sin haberse hablado, que su dentista le ha encontrado una inflamación rara en la garganta y le ha dado el teléfono de otro especialista.
He dejado de leer en ese momento, y aunque no era mi plan de esta tarde, me he puesto con el mosaico. De pronto, quería dejar lista una parte concreta, para retomar más despejado y avanzado mañana por la mañana, he pensado.
De todos modos, me estaba resultando imposible seguir leyendo: bajo la ventana del estudio hay una oficina de la comunidad de regantes o algo así. Esta tarde debe haber alguna situación eventual, y llevaban como dos horas discutiendo entre tres o cuatro con uno, que es el que más cargado viene de vinagre, por un asunto de lo que paga la comunidad por una hora de desbrozadora. Siempre sale la voz de la gente como él, más obcecada y rabiosa, por encima de las voces de los demás, que están claramente en el intento de apaciguar hasta traerle a lo razonable.
La voz y las hechuras de la gente de campo me llevan a pensar en los cinco anillos y en Musashi. Mezclan los modos de un poeta con los de un asesino despiadado. Escuchas en esa voz mula innegociable sus argumentos de buey, y se te figura que tienen mayor riego y actividad neuronal en el cogote que en el cerebro. Pero igual que uno escribió páginas recomendando cómo debe estar asentado el meñique de la mano posterior en el mango de la espada al iniciar un movimiento de ataque, éstos, sin tener interés en expresarlo con palabras dichas ni escritas, son los que están prolongando la lucha del respeto por la tierra. Sin poemas, sin épicas y sin nacionalismos, así que cuidado.
También me he acordado de que el protagonista del libro que estoy leyendo, en un sueño, escucha a su abuelo que, ante el tronco cortado de un árbol, le muestra exactamente el anillo que soportó el peso de un ahorcado.
En fin, creo que todo esto es sobre el tiempo, que es una chorrada sobre la que construyes épicas tipo la-flor-más-mierda-que-te-encuentres-es-tu-puerta-de-entrada-a-la-comprensión-de-tu-lugar-en-el-Universo, y esas cosas que los imbéciles acomodados de profesión blanca y liberal te quieren hacer creer que siempre vas a comprender demasiado tarde, a no ser que fluyas y pagues la pasta del cursillo.
Jag.
30_7_2020


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario