21 de abril de 2017

PREMIÈRE


Soy de pueblo y
no tengo un duro,
así que mi poesía
acaba pareciendo tontería,
y olvídate de que encuentre
la serenidad.
A pesar de todo ello,
te amo todo lo que me dejas,
y tu voz me sigue calentando,
aunque me parece que te soy
poco más que ahogar un grito.
En fin, roedora, la mayor
parte de las veces te pienso
y mis ojos son soles celestes
que acaban sin remedio
hundidos en el ocaso.
Por mucho que me estés
rezando por las esquinas,
debo confesarte que,
de la película que me montas,
a estas horas
me está gustando más el libro.
Además, al parecer,
lo estoy escribiendo solo.
Jag.
21_4_17


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario