28 de noviembre de 2018

DICE BE INDIFFERENT


_Son cosas normales que a mí me atormentan y que nadie entiende. Son cosas normales que a mí me maravillan, aunque cuando intento compartirlas, la gente me da palmaditas en la espalda como si fuera imbécil, y me tratan como a una persona rara.

_Iada dice que puedes jugar a vivir, pero no puedes jugar a escribir.

_Yo digo que escribir no es cuchichear.

_Lo mismo que escribo para intentar entender la vida, y lo entiendo, el escribir, como una costumbre de mi día a día, y lo hago a pesar de que casi ningún botón de los que pulso, escribiendo, funciona, refiriéndome a los botones que llenan la nevera, a los que hacen gracia a la gente en general, y te sitúan en un buen lugar del escaparate de la corrección y la decencia y la aceptación, digo yo que si entiendo esa costumbre de escribir como mi manera natural de preguntarme y preguntar de qué se hace todo esto que hay de la piel hacia fuera, y al mismo tiempo, de la piel hacia dentro, digo yo que las pasiones y razones que esta práctica (esta vivencia) conllevan, me están condicionando las posibilidades de contacto real con mucha gente que funciona en otra sintonía.

_Abro la libreta de notas y huele a chicle de menta. Intento contactar con la gente y llueve espesor y ceguera.

_Escribo y leo poniendo la vida en ello. Eso que digo no es por darle una migaja al envanecimiento. Eso no habla de mi calidad como escritor ni como lector, por supuesto. Sólo habla de mis intenciones, que atropellada o meditadamente se me revelaron más por mi ineptitud para la normalidad que por lo contrario. Eso habla, en fin, de mi incapacidad para verlo de otra manera. Eso, intentando salvar los extremos de la arrogancia y la autoconmiseración, creo que en cualquier caso me aleja del buen acceso al entendimiento de gente que dedica su vida a convertirla en billetes para pagar comodidad y barbacoas y acumular excedentes para un nuevo coche dentro de tres años por ejemplo. Gente que cuando no está absorbida por eso o por las obligaciones adyacentes, no sabe qué hacer, y ese tiempo libre les sume en la ansiedad y en la angustia, y se busca un hobby, algo que les haga pasar ese tiempo. Gente que en la práctica entiende la lectura como una actividad de ocio o de tiempos muertos, tipo trayecto en tren, metro, antes/después de ver series, antes/después del gimnasio, en la sala de espera del dentista o dando de cuerpo. Y claro, toda la gente hace todo esto, pero me refiero a la que piensa que ir a ver una exposición y leer un libro pertenecen a la esfera del entretenimiento. Esa es la cosa. 

_Si leo y escribo y hago exposiciones no es por entretenerme ni para entretener. 

_Más bien me sirven para concentrarme y ayudar a crear algún tipo de electricidad libre para mí y para la gente. De acuerdo con que dificilmente este mundo estupidizado entrará a valorar que un día en la biblioteca es un día de trabajo, pero eso es otra conversación. Somos de mundos incomunicados entre sí, porque intentar entender la vida delante de papeles en blanco no tiene que ser legitimado por el intercambio económico. Al mismo tiempo yo también tengo que hacer por pagar mi normalidad, pero no quiero alargarme en eso.

_Anaïs Nin dice I feel spent, lost, given, empty.

_Todo esto viene a ser no más que por ahorrarnos tiempo y decepción, y evitarnos desencuentros. Cada vez tengo menos fuerzas para la interacción social y la conversación intrascendente. 

_Tengo un hambre suicida de saber y de hacer crecer cosas que antes no había.

_Dice Virginia Woolf que tiene un deseo escondido e inarticulado de algo más allá que la vida diaria. En mi caso no es algo escondido. No entiendo los valores que dirigen la vida normal. No entiendo por qué a mi alrededor nadie se está preguntando hacia qué o hacia dónde estamos abocados. Al mismo tiempo no quiero ser un estúpido cenizo que salpica mierda en todas direcciones. Me reservo, escribo todo esto con la boca chica e intento llevar una vida normal. Que vivo en el mundo de los demás, también. También sé que si mantengo el frescor de un solo brote de una rama de mi corazón, siempre quedará lugar para la esperanza de que se pose un pájaro cantor. Pero todo me parece una gilipollez. En realidad veo que la felicidad es un constructo perverso para ingenuos y superficiales. Para gente que prefiere atontarse con una zanahoria inalcanzable, que les llene el tiempo respondiendo tipo test las preguntas más fáciles de la vida, y evitando a toda costa hacer algo que les deje desnuda la realidad de que detrás del desconchón no hay nada.

_Dice Marguerite Duras que en la vida llega un momento fatal en que todo se pone en duda, que esa duda ha nacido en la soledad. Y que esa duda es escribir. Que muchas cosas pueden hacerse a dúo, pero nunca escribir. Y dice Marguerite que la escritura, con la duda, va muy lejos: dejamos de conocer a la gente que conocemos, y creemos haber esperado a quienes no conocemos.

_Yo creo que ya no tengo demasiadas dudas. Y quizá esto suena algo soberbio. No sé. Yo lo llamo vacío. Escribir, y leer, y vivir en ello me enfrentan a un vacío. Y yo no sé con qué actitud sobrellevar o afrontar ese vacío ¿Hastío? ¿Resentimiento?

_Eva dice que la única actitud posible es la sarcástica. A mí me emociona, porque reconoce que ese sarcasmo le tiembla ante acontecimientos excepcionales como enamorarse, ilusionarse con algo, sentirse útil o que alguien la necesite. También dice que el sarcasmo vuelve con fuerza cuando estas cosas palidecen. No sé. Creo que mi sarcasmo es venenoso para mí y cruel para la gente. Nada divertido. Y si no es divertido, para qué.

_Realmente pienso que cosas así no van a entenderse leyendo en la playa. Nadie quiere una epifanía mientras mueve la pasta. Nadie quiere una revelación. Nadie quiere dejarlo todo.

_Yo sé que muchas y muchos me van a pensar oscuro, distante y enrevesado, como una película lenta. Pero soy peor. En realidad siento que estamos en planos distintos, altamente alejados de la probabilidad de una discusión argumentada. Pensé por un tiempo que había perdido el hilo, pero ahora sé que es una tontería intentar recuperarlo. 

_Creo que ya estoy agotado para imposibles. Este texto avanza con dificultad, ayudado por lo que otra gente dice. Yo creo que hay una cierta armonía que se dibuja en mi aislamiento.

_Los multicines y los buenos restaurantes están abarrotados. Y las exposiciones y las salas de conferencias. Las representaciones de teatro, las presentaciones de libros.

_Alimento la ilusión de que la gente de los hobbys ya no tienen tiempo para mí, que pierden la incomprensible necesidad de buscarme la conversación, que ya no me necesitan para sentirse interesantes, hablando sin parar de cosas ajenas a sus necesidades reales, remotamente alejadas de la esfera de su entendimiento.

_Ingmar Bergman dice que Bach dejó escrito en su diario: "Dios mío, no dejes que pierda mi alegría".


Jag.
28_11_18


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario