22 de enero de 2021

A VER CÓMO COÑO SE LE EXPLICA EL BODY-ART A UN PERRO

 


Hoy me he levantado temprano para caminar hasta el Nacimiento, y desayunar allí, antes de volver y poner piezas. Pondré amarillo dorado. Desayunaré nueces y naranjas.


El amanecer ya está acostumbrado a este día, y va caminando conmigo, juvenil y expectante, como entendiendo preguntas sin hacerlas. Como yo. Esta quietud se despereza. Estos colores del cielo sobre la montaña negra están a punto de perderse. Si un perro pensara, pensaría que este es el último amanecer de la vida conocida. Miraría estos colores como mira a su mami cuando vuelve del trabajo, que se había ido para siempre. Lloraría de ansiosa alegría, babearía, menearía el rabo con frenesí, y se le saldría la puntita rosapalo, mientras mecanografía con las uñas en el suelo pero qué alegría que existes, qué hermoso todo cuando todo vuelve a oler a ti con fuerza, y se abre la puerta y es verdad que eres tú. Esas cosas que no pueden evitar los perros. Quiero decir, buenos días. Quiero decir, amor, buenos días. 


Desde que amanece, va pasando el día. Y hoy me he levantado a ver qué va ocurriendo, así, mirando adelante, sin que nada tuyo me abrigue. Me digo ahora ¿pero estás seguro? Me digo pero qué coño estás diciendo. Inspiro, expiro, camino y avanza el día. Me digo, bueno, está bien. Aunque luego me digo pero qué coño estás haciendo con tu vida. Bueno, ya sabes.


Jag.

22_1_21



.

No hay comentarios:

Publicar un comentario