20 de enero de 2021

ES EL ÚNICO AMOR DE SIEMPRE


Es un vaso de soledad. Una fuerza de dura fragilidad. Es un plato de rabia. De soberbia. Me lo como solo, sin las reglas elementales de la decencia y la etiqueta.


No puedo con la ilusión de que un día venturoso vas a entender qué te doy. No llegas más allá de cuatro lánguidas inútiles ingeniosidades, en las que te quieres identificar. Me buscas sobre todo en los chistes que sientes inofensivos. 


Vivir no es pasar el trago.


Vivir es coger las riendas desde dentro.


O dejarlas sueltas para siempre. Y entregarse a que estás en el cuchillo, en la juliana, en el vapor, en el cocinero, el comensal. En el ingrediente. En el hambre sin gusto del lobo voraz.


Conoces, entre muchas, dos panaderías. Conoces, entre muchos, a los hijos de los dos panaderos. Y los has conocido de cerca. Los has vivido en cosas de codo con codo, y sabes qué distinto cada carácter, y sabes qué distantes las fuerzas los rigores de cada camaradería. Yo también he estado igual de cerca. Yo también he sabido y he vivido y he comprobado. Pero sólo tú pareces empeñarte en mantener vivo el muerto juego de que el pan los convierte en hermandad.


No sé vivir en ese parloteo sin sabor sin sustancia. No encuentro acomodo en el divertido lado bostezo de los correctos.


Te miro de frente y ya no hay nadie.


Te miro de frente y en realidad estoy todo el tiempo mirando hacia mí. Hacia una remota posibilidad que se esconde en la lejanía.


Y nadie parece enterarse.


Jag. 

2_1_2021



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